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Luto en Antioquia: se apaga la luz de un pionero que transformó la industria
Este lunes 27 de octubre de 2025, Medellín despidió a José María Acevedo, el hombre que con un alicate y dos destornilladores dio vida a Haceb, la emblemática empresa de electrodomésticos que hoy impulsa a más de 3.500 familias colombianas. A sus 106 años, Acevedo dejó más que una marca industrial: dejó una historia tejida con humildad, trabajo y un amor palpable por su tierra.
Nacido en 1919, en las calles mismas donde su empresa se edificaría, Acevedo comenzó como mensajero en un taller de reparación. Fue allí donde comprendió que el sueño empieza minúsculo, casi invisible, y necesita paciencia para crecer. En 1940, armado solo con herramientas básicas y una insaciable curiosidad, decidió fundar su propio negocio, sin saber que cincuenta años después sería un referente en toda Colombia.
No fue la fortuna ni los atajos lo que perfiló a Acevedo, sino su disciplina férrea y un compromiso inquebrantable con la calidad y las personas que lo rodeaban. En 1962 cimentó Industrias Haceb, ampliando su repertorio y posicionándose como un faro de innovación en el sector. Hasta sus últimos días, recorría su fábrica en un modesto Renault 4, gesto que hablaba de cercanía y sencillez en un mundo marcado por el poder y la ostentación.
Hoy, en medio del pesar colectivo, Medellín y Antioquia se aferran a su legado. Una herencia que no solo pesa por sus cifras o empleos, sino por la filosofía que encarnó: el aprender constante, el trabajar con dignidad y, sobre todo, amar a Colombia desde la humildad de quien sabe que el verdadero éxito se mide en personas y no en ganancias. La compañía ha prometido custodiar esa esencia, manteniendo viva la llama de don José María para las futuras generaciones.
En una ceremonia íntima, despojada de formalismos, Acevedo se despidió de este mundo, pero dejó plantado un árbol cuyas raíces profundizarán aún más en el suelo antioqueño. Queda la pregunta inevitable: ¿podrán quienes llegan después sostener esa luz sin dejar que se apague en la vorágine de la modernidad? Por ahora, el silencio de su partida invita a reflexionar sobre el valor de las raíces en un país que constantemente busca reinventarse.


