📸 Cortesía: Colprensa
El silencio inesperado
Este 5 de junio de 2025, el eco de la violencia pasada retumbó con un giro inesperado: un grupo de 16 exjefes paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), encabezados por Salvatore Mancuso, anunciaron la suspensión de sus funciones como gestores de paz. Un gesto que encierra frustración, desconfianza y una advertencia velada sobre el delicado equilibrio del proceso de reconciliación nacional.
¿Qué ocurrió? Estos excombatientes, otrora protagonistas de una áspera página del conflicto armado colombiano, decidieron detener su participación en la gestión de paz. La decisión, plasmada en una carta formal, señala que el principal obstáculo son los presuntos incumplimientos del Gobierno Nacional, especialmente de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP).
¿Quiénes están detrás? La voz colectiva la lidera Salvatore Mancuso, un nombre que despierta recuerdos y controversias, acompañado por otros 15 exjefes paramilitares. En su misiva dirigida al presidente Gustavo Petro, señalan con claridad directa al comisionado de Paz, Otty Patiño, así como a Álvaro Jiménez y María Paz Lara. Acusan a estos funcionarios de poner trabas al avance del diálogo y obstaculizar el cumplimiento de los compromisos pactados.
¿Cuándo y dónde? La declaración se produce en un momento crítico del proceso de paz en Colombia, un proceso que ha intentado construir puentes luego de décadas de conflicto. Aunque la noticia no precisa un lugar geográfico explícito, sus efectos resuenan a nivel nacional, afectando la credibilidad del mecanismo de paz instaurado.
¿Por qué esta ruptura? La raíz de la crisis radica en la percepción de una falta de compromiso y transparencia por parte de la OACP. Según los exparamilitares, esta oficina ha erosionado la confianza indispensable para proseguir con las gestiones. La sombra del incumplimiento según ellos se extiende incluso a las directrices emanadas por el mismo presidente Petro, lo que pone en entredicho la viabilidad de una política pública que pretende sellar la llamada ‘paz total’.
¿Cómo se formalizó esta decisión? Todo quedó consignado en una carta dirigida al presidente Petro, donde se expone minuciosamente los motivos de la desconexión y se anuncia la suspensión de toda relación con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Esta suspensión se convierte así en un punto de inflexión que invita a reflexionar sobre la complejidad de las reconciliaciones en un país marcado por heridas aún abiertas.
La incertidumbre persiste y, en medio de este vacío, cabe preguntarse: ¿podrá el Gobierno Nacional restablecer los puentes y evitar que este gesto anunciador se traduzca en un retroceso para la tan anhelada paz? Mientras tanto, el país observa y espera respuestas que, más allá de las palabras, construyan confianza duradera.
