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¿Héroes con patas buscan un hogar?
En la cálida tarde de un fin de semana entre el 28 de julio y el 3 de agosto de 2025, Medellín se convirtió en escenario de una campaña diferente, humana y profundamente necesaria. “Adopta un Superhéroe” abrió sus puertas al alma de la ciudad a través de sus caninos rescatados, esos héroes silentes que esperan una segunda oportunidad.
Durante esos siete días —y con especial intensidad en apenas dos—, 29 perros, muchos vestidos con capas que evocaban los anhelos de héroes de cómic, encontraron un nuevo hogar. Fue un gesto sencillo con un trasfondo emotivo, impulsado por la Alcaldía de Medellín en alianza con Cinemas Procinal y Cotrafa Social. En los centros comerciales Florida, Aventura y La Central, justo a la salida de las funciones de la película Superman, perros ataviados como verdaderos protectores de historias de superación conmovieron a una ciudad que, por momentos, parecía detenerse para mirarlos. Así, se tejió un puente entre el entretenimiento y la responsabilidad social.
Cabe recordar que esta campaña no es solo una estrategia publicitaria; se trata de una respuesta palpable a la dramática realidad del Centro de Bienestar Animal La Perla, donde más de 2.100 perros aguardan, muchos desde hace años, por una familia. La Perla, saturada en un 80% de su capacidad, desafía día tras día la capacidad humana de ofrecer cuidado y esperanza. Por eso, el esfuerzo de esos días se tradujo en 87 llamadas y 363 comunicaciones vía WhatsApp, un flujo tangible de interés y compromiso ciudadano. La cifra no queda en el aire: decenas de adopciones formalizadas y 240 asistentes a una función especial de cine solidario sellan el impacto social y cultural de esta iniciativa.
“Ellos son nuestros verdaderos superhéroes. Dan amor, alegría, compañía… pero también necesitan que salvemos sus vidas”, recordó el alcalde Federico Gutiérrez mientras celebraba el lanzamiento. La campaña nace, así, no solo de la necesidad de aliviar la saturación del refugio sino de la urgencia de devolver dignidad y calor a aquellos meses, quizá años, de abandono y espera.
Este primer fin de semana es apenas un capítulo inicial. ¿Logrará esta alianza sostenible entre entidad pública, empresa privada y la sociedad civil cambiar para siempre el destino de estos héroes en cuatro patas? Mientras las capas se pliegan al caer la noche, las preguntas persisten y la ciudad observa, entre aplausos silenciosos y miradas esperanzadas, que cada adopción es una victoria que trasciende el rescate: es un acto de humanización, de reconocimiento de vida. ¿Quién dijo que solo los superhéroes de película merecen un final feliz?