📸 Imagen cortesía Gobernación de Antioquia
Renta digna, vejez dignificada
Este miércoles 3 de junio de 2025, en El Carmen de Viboral, Antioquia empezó a cambiar la realidad de más de 850 adultos mayores con un subsidio que llega para reconocer su dignidad.
Desde ese día, la Gobernación de Antioquia, bajo el impulso del gobernador Andrés Julián Rendón, comenzó a entregar la Renta Vitalicia, un nuevo apoyo económico que busca aliviar la pobreza y las carencias de personas mayores entre 60 y 86 años, con discapacidad certificada, que carecen de pensión y otros ingresos. La estrategia, alineada con el programa Bienestar, ya alcanza a 853 beneficiarios de las subregiones del Valle de Aburrá, Urabá, Bajo Cauca y Oriente Antioqueño, pero la ambición es mayor: llegar a 3.000 adultos mayores en situación de vulnerabilidad en todo el departamento.
Este subsidio equivale a 450.000 pesos cada dos meses y se entrega a través de Colpensiones, financiado por un ahorro en gastos administrativos y el recaudo del impuesto vehicular. En términos económicos, la inversión es cercana a los 70.000 millones de pesos. Una cifra que sobrepasa lo financiero, pues detrás de ella están las vidas de quienes, como Fidelina Espinosa Toro, octogenaria residente en El Carmen de Viboral, ven en este apoyo un parche necesario para enfrentar el día a día: “Nunca esperé esta ayudita; nos ha servido para los gastos de la casa, pagar arriendo, comprar mercado y medicamentos”, confesó al recibir su primer giro.
Este programa es más que una política pública: es el cumplimiento de una promesa expresada por el gobernador Rendón en su primer mandato. Un compromiso para que la vejez en Antioquia no sea sinónimo de abandono y pobreza. La selección de los beneficiarios obedece a un criterio de extrema vulnerabilidad, priorizando a quienes enfrentan mayores carencias, en una apuesta que, si bien no resuelve todas las dificultades, apunta a aliviar la incertidumbre y a vigorizar la estabilidad en etapas de la vida tan frágiles.
A partir de ahora, mientras el programa avanza hacia su meta, queda la pregunta abierta: ¿cómo seguirá transformándose Antioquia para garantizar que la dignidad en la vejez no dependa de la suerte ni de una política coyuntural, sino de un compromiso sostenido y profundo con sus ciudadanos más vulnerables? ¿Será la Renta Vitalicia un capítulo inicial para un cambio verdadero o solo un alivio pasajero?
La vejez sigue siendo un desafío colectivo. Y esta renta, por ahora, llega como un pequeño pero significativo gesto hacia quienes han construido mucho y merecen, al menos, vivir con cierta tranquilidad.