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¿Flores y seguridad entrelazadas?
Del 1 al 10 de agosto de 2025, Medellín se viste de fiesta con su Feria de las Flores, un espectáculo vibrante que convoca a miles en más de 200 eventos. Pero tras la algarabía, una sombra de cuidado se extiende en cada esquina.
La Alcaldía ha tejido un plan de contingencia sólido, desplegando 600 manos entre bomberos, socorristas y expertos del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD). Un Puesto de Comando permanente será el ojo vigilante de esta celebración, preparado para amainar cualquier tormenta inesperada en la fiesta más emblemática de la ciudad.
El Comité Operativo de Eventos de Ciudad no deja nada al azar: desde conciertos hasta desfiles y hasta las tradicionales fincas silleteras en Santa Elena. Más de 20 de esas fincas han sido entrenadas en gestión del riesgo, en un esfuerzo conjunto con autoridades locales y la Corporación de Silleteros. El propósito es claro: cuidar a los visitantes sin sacrificar la esencia de esta tradición viva.
Carlos Quintero, director del DAGRD, lanza un llamado que va más allá de la logística: “Si va con menores, establezca puntos de encuentro; identifique rutas de evacuación; siga las indicaciones de seguridad.” La línea 123, arteria vital, estará a disposición para emergencias, conectando a todos con una respuesta ágil.
Esta Feria, que late con fuerza en cada calle y plaza, sabe que detrás del color y la música se esconden responsabilidades. Adultos mayores, personas con discapacidad, niños: cada paso del plan busca protegerlos, en un entramado humano que desafía cualquier riesgo.
Este año, Medellín no solo florece en sus pétalos, sino en el tejido cuidadoso que protege su corazón festivo. ¿Será esta la fórmula para que la fiesta se viva sin sobresaltos? La ciudad, sus guardianes y sus visitantes están atentos.


