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Quebrada La Honda, más allá del agua: un cambio necesario
La quebrada La Honda lleva años siendo un fantasma que acecha a las familias en Manrique y Campo Valdés, dos barrios en la nororiental de Medellín. Allí, donde el agua amenaza con desbordarse, la Alcaldía decidió actuar. Este lunes, con un 60 % de avance, la canalización de este cauce se consolida como un proyecto que busca frenar inundaciones que históricamente han enlutado hogares y trastornado vidas.
La Secretaría de Medio Ambiente, bajo la dirección de Marcela Ruiz, lidera una obra que suma más de 7.000 millones de pesos, recorriendo principalmente las calles 70 y 71. Son 303 metros lineales de canal abierto, 3.000 metros cuadrados de espacio público recuperado y 90 árboles nativos sembrados. Todo pensado para transformar no solo el paisaje, sino el destino de las 32 familias en peligro inminente y las 90 más que viven a la sombra de esta quebrada rebelde.
“Para agosto de 2025 esperamos tener la primera fase concluida y la segunda en marcha”, dice Ruiz, recordando que esta intervención no solo cumple con una orden judicial sino con un compromiso moral hacia quienes han sufrido inundaciones periódicas. Esteban Jaramillo, subsecretario de Recursos Naturales Renovables, añade que las soluciones, además de técnicas, se apoyan en la naturaleza misma para que el pasado no se repita.
Este proyecto convoca a pensar en Medellín más allá del cemento y las cifras: habla de prevención, de comunidad y de un futuro donde la quebrada La Honda deje de ser una amenaza para convertirse en una parte viva del barrio. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿logrará esta obra sanar las heridas de agua que años de omisión han dejado abiertas? A partir de ahora, la ciudad observa y espera.