📸 Imagen cortesía Alcaldía de Medellín
Alimentos con esperanza en Medellín rural: vales que alimentan y transforman
Este octubre de 2025, las montañas y valles que abrazan a Medellín se llenaron de un gesto que va más allá del simple acto de dar comida. En los corregimientos de San Sebastián de Palmitas, Santa Elena, Altavista, San Cristóbal y San Antonio de Prado, 533 familias vulnerables recibieron vales alimentarios por 150.000 pesos cada uno, un salvavidas ofrecido por la Alcaldía de Medellín y la Fundación Bancolombia en la audaz Alianza Medellín Cero Hambre.
No es simplemente un empeño por llevar alimentos a la mesa, sino una apuesta por la seguridad alimentaria y el impulso a la economía local de estas zonas rurales que a menudo quedan al margen de los reflectores. Los vales son la llave para mercados y tiendas autorizadas donde sólo pueden adquirirse productos básicos —carne, frutas, verduras, granos, tubérculos, cereales— seleccionados con el cuidado de nutrir con dignidad cada familia. Un círculo virtuoso: alimentar mientras se dinamiza el comercio local.
Luz María Ramírez, secretaria de Inclusión Social y Familia, lo dice con claridad y compromiso: “No queremos que nadie en Medellín se acueste con hambre. Que esta alianza sea semilla de vida para quienes más lo necesitan”. Bajo su liderazgo, la iniciativa no sólo ha extendido su alcance a más de 15.000 familias, un salto del 50% respecto al año previo, sino que se sostiene en la colaboración público-privada y en un presupuesto fortalecido.
Pero hay una condición que trasciende la entrega. Los beneficiarios deben estar inscritos en el Sisbén IV, residir establemente en estas zonas, y participar en talleres que fomentan la educación financiera y el manejo responsable del presupuesto familiar. Una apuesta para que la ayuda no se quede en el acto, sino se transforme en autonomía alimentaria de largo plazo.
Este acto sencillo, en apariencia, no es solo una entrega de alimentos; es una metáfora de esperanza entre montañas. Porque en la Medellín rural, donde el silencio a veces pesa más que el hambre, estos vales alimentarios dibujan un camino hacia días menos vacíos y noches donde el dolor de la incertidumbre se aligera con la promesa de tres comidas al día.
¿Podrá esta alianza mantener la llama encendida y llegar a quienes aún esperan? La respuesta se escribe día a día entre las familias que, con dignidad, buscan superar la sombra del hambre.


