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¿Medellín, frontera sin cadenas?
Este 16 de septiembre de 2025, Medellín no solo abrió sus calles; abrió una puerta crucial hacia la justicia global.
En esta ciudad colombiana, reconocida también por su historia de lucha y resiliencia, se congregaron voces y fuerzas de 30 países, una alianza inédita bajo el paraguas de Interpol. Estados Unidos, México, Francia, España, Brasil y otros —junto con instancias locales como la Fiscalía General de la Nación, la Fuerza Pública y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito—, dieron vida al Encuentro Internacional Operación Liberterra II, una iniciativa destinada a enfrentar los flagelos de la explotación sexual, la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes.
Durante tres jornadas intensas, Medellín se convirtió en un espacio donde el conocimiento se cruzó con la acción: paneles abiertos de diálogo público y mesas técnicas cerradas para autoridades e investigadores. El alcalde Federico Gutiérrez Zuluaga, presente al inicio, declaró este compromiso como un paso firme hacia la reparación y la protección, un reflejo del pacto local con la justicia global.

No es un problema lejano. Las redes criminales traspasan continentes y alimentan un mercado de dolor. Por ello, estrategias conjuntas como la Operación Binacional WURDE, que recientemente capturó a cinco prófugos en Austria y rescató a 43 víctimas, muestran la efectividad de sumar esfuerzos.
Pero más que cifras, detrás de estos números hay vidas vulneradas, sueños robados, silencios que claman respuesta. Medellín, epicentro por elección y necesidad, invita a preguntarse: ¿podrán estas alianzas desmantelar las cadenas invisibles que aún atan a tantos? El tiempo y la voluntad internacional lo dirán. Por ahora, el compromiso está en marcha, con la ciudad cobijando una lucha que es, indudablemente, de todos.