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[PLAN MAYOR PARA LAS QUEBRADAS]
Prepararse para el agua que viene.
Este 2025, Medellín duplicó esfuerzos para blindar sus quebradas ante la temporada de lluvias, atendiendo 143 puntos críticos en comunas y corregimientos clave.
Desde Altavista hasta Villa Hermosa, pasando por San Antonio de Prado y Belén, un robusto plan interviene más de 7.000 metros lineales de cauces, con la urgencia de evitar tragedias. La Alcaldía y la Secretaría de Medio Ambiente encabezan las labores, que van desde la reparación de estructuras hidráulicas hasta la extracción de 285 volquetas de sedimentos y residuos en un semestre. Solo entre abril y julio, las emergencias vinculadas a obstrucciones y riesgos de inundación llegaron a un récord de 204 eventos en ocho años.
La historia reciente de Medellín con el invierno dicta esta reacción: el cambio climático no espera y sus efectos erosionan la confianza ciudadana. Esteban Jaramillo Ruiz, subsecretario de Recursos Naturales, no oculta la certeza: “Nos preparamos con tiempo porque sabíamos que venía el invierno. Hoy tenemos soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar el cambio climático”.
EPM y alianzas público-privadas se suman a la movilización, garantizando la sostenibilidad a largo plazo con un porcentaje fijo de recursos destinados al mantenimiento. Obras en quebradas emblemáticas como La Chorrera y La Aguadita buscan fortalecer la resiliencia, mientras jornadas de limpieza y reparación en más de 20 afluentes trabajan sobre la prevención.
¿Será suficiente la respuesta para la inclemencia de las lluvias que se avecinan? Medellín apuesta no solo a reparar, sino a reconstruir una relación más equilibrada con su territorio. Porque, tras la amenaza, está el deseo genuino de proteger vidas y memoria urbana.