📸 Cortesía: Movilidad Medellín
¿Pico y placa o laberinto vehicular?
Este lunes 20 de octubre de 2025, Medellín y los municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá reactivan el pico y placa para descongestionar una movilidad que, año tras año, parece resistirse al cambio. Desde las 5:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche, los vehículos particulares con placas terminadas en 6 y 9, así como las motos cuyo primer dígito es 6 o 9, deben acatar esta restricción que, además, afecta a los taxis con placas terminadas en 2 dentro del horario de 6:00 a.m. a 8:00 p.m.
La Secretaría de Movilidad de Medellín, que promueve esta medida mediante el decreto 0667 de 2025, asegura que el objetivo es claro: mejorar la circulación, mitigar los atascos diarios y poner freno a la contaminación atmosférica que calca la historia metropolitana desde hace décadas. El esquema no discrimina medios: aplica a carros, camionetas, camperos, motocarros, cuatriciclos, motos y mototriciclos, todos atados a los mismos números asignados para cada día entre semana.
Sin embargo, no todo está bloqueado: las arterias viales que conectan a Medellín con regiones y otras ciudades —como la Avenida Regional, la Avenida Las Palmas, la Vía a Occidente y las conexiones de la avenida 33 y calle 10— continúan libres de esta presión vehicular. El resto de vías urbanas e intermunicipales exigen el cumplimiento estricto de la norma, cuyo incumplimiento no es menor: una sanción que puede equivaler a 15 salarios mínimos diarios legales vigentes y la inmovilización inmediata del vehículo.
En el caso de los taxis, las reglas se vuelven inflexibles: no hay carreteras exentas y solo pueden circular cumpliendo con el criterio de placa restringida. La medida, aunque presentada como una apuesta a transformar el caos cotidiano en fluidez, vuelve a poner sobre la mesa la pregunta de fondo: ¿es suficiente un pico y placa tan extendido y punitivo para resolver la compleja problemática de movilidad y contaminación en una ciudad que crece sin pausa?
La ciudadanía observa expectante, consciente de que detrás de la norma se esconden más preguntas que respuestas y que la movilidad eficaz quizá requiera más que restricciones: inversión, estrategias integrales y, sobre todo, un compromiso real con el espacio público y la calidad de vida. ¿Será este pico y placa un respiro o una pausa frustrante en la larga carrera por habitar mejor Medellín?