📸 Imagen cortesía
¿Identidad en disputa?
Este viernes 5 de septiembre de 2025, una renuncia sacudió el escenario político colombiano: Miguel Polo Polo, representante a la Cámara por la circunscripción especial afrodescendiente, decidió apartarse del Consejo Comunitario Fernando Ríos Hidalgo, la organización que lo respaldó para llegar al Congreso.
La misiva que oficializó su dimisión no fue un simple trámite. Polo Polo afirmó con notable distancia: “No existe un factor subjetivo que me haga auto reconocerse como miembro de su consejo comunitario”. Así, cerró un capítulo que le había permitido, gracias a esta identificación, ocupar una curul reservada para la comunidad afro.
Este alejamiento no surge de la nada. Durante años, su vínculo con la comunidad afrodescendiente estuvo bajo escrutinio, marcado por cuestionamientos sobre la autenticidad de su pertenencia tradicional. Además, demandas relacionadas con la veracidad de su identidad revivieron un debate crucial: ¿qué criterios deben regir el acceso a estas curules especiales? ¿Cómo evitar fraudes procesales o usos políticos que erosionen la esencia de esos espacios reservados?
La respuesta institucional no tardó: el Consejo Comunitario aceptó la renuncia y, con voz firme, se deslindó de Polo Polo. En un comunicado, afirmaron que él “jamás representó a nuestra etnia ni las luchas sociales e históricas de nuestro pueblo”. Más aún, ofrecieron disculpas a las comunidades a las que, afirman, siempre buscaron defender, marcando un claro quiebre con quien fue su exintegrante.
Este episodio desnuda una tensión latente en la representación política de minorías: la línea entre la identidad auténtica y la instrumentalización política. Mientras tanto, la ciudadanía afrodescendiente observa, con mezcla de decepción y expectativa, cómo se esclarecen las normas y se protegen sus derechos. ¿Podrán definirse con claridad los límites que preserven la dignidad y voz de estas comunidades, evitando que se diluyan en maniobras que solo buscan ampliar espacios de poder? La incógnita permanece, al ritmo de un proceso que apenas comienza a buscar respuestas.
