«`htmlMEDELLÍN RENUEVA SUS OJOS VIALES: MODERNIZACIÓN SIN MÁS CÁMARAS
Una transformación en silencio. En junio de 2025, Medellín emprendió una modernización profunda en el sistema de fotomultas que vigila sus corredores viales más transitados, como la avenida 33, Bulerías y la avenida San Juan.
La Secretaría de Movilidad del Distrito fue la encargada de liderar esta actualización tecnológica con un objetivo claro: aumentar la eficacia en la detección de infracciones en puntos neurálgicos para la seguridad vial, sin sumar nuevos dispositivos.
En lugar de instalar cámaras en nuevas ubicaciones, la apuesta se centró en renovar los aparatos existentes, desatando inicialmente una ola de confusión entre ciudadanos que temían la llegada de nuevos ojos electrónicos sin aviso previo.
El cambio más notable fue la incorporación de tecnología láser, capaz de detectar infracciones en todos los carriles de una vía, superando las limitaciones de los antiguos sistemas basados en radar y sensores instalados sobre el pavimento. Esta innovación permite que los dispositivos se sitúen en arcos metálicos o postes ya instalados, sin la necesidad de instalar nuevas cajas eléctricas.
Como explicó la Secretaría de Movilidad, las cámaras de fotodetección o cámaras salva vidas están en un proceso de renovación tecnológica que abarca exclusivamente las unidades ya gestionadas por la Secretaría, dejando claro que no se trata de una expansión del sistema sino de su perfeccionamiento.
En cuanto al mecanismo para notificar las infracciones, no hubo cambios en el procedimiento. Las imágenes capturadas continúan siendo revisadas cuidadosamente por agentes de tránsito quienes validan las sanciones antes de notificarlas a los propietarios, de acuerdo con la ley 769 de 2002 y los protocolos nacionales vigentes.
Los conductores mantienen su derecho a presentar descargos en audiencias públicas y a beneficiarse de descuentos por pronto pago, preservando un marco legal reconocido y respetado.
Este proceso, que no se limitó a un simple cambio de cámaras sino que implicó una actualización tecnológica estratégica enfocada en la seguridad vial, refleja la inquietud por optimizar la gestión de infracciones sin invadir el espacio público con más dispositivos.
¿Podrá esta modernización transformar realmente la convivencia en las calles o seguirá siendo un cambio invisible en la rutina cara al ciudadano? La mirada experta y la respuesta del tráfico comienzan a revelarlo.
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