Clare Nowland, una bisabuela con demencia, muere en el hospital después de que un policía de alto rango le aplicara una descarga con un taser.
Dentro de los hechos se menciona que la policía recibió una llamada en la que se reportaba a una residente con un cuchillo en su domicilio. Al llegar, encontraron a Nowland en su habitación con un arma blanca en la mano, la policía y los paramédicos intentaron persuadirla para que soltara el objeto, pero se rehusó por completo. Fue en ese momento cuando el policía disparó el taser y Nowland cayó al suelo golpeándose la cabeza.
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El subcomisionado de la fuerza policial de Nueva Gales del Sur, Peter Cotter, explicó que en el momento del disparo Nowland se estaba acercando lentamente a la Policía con un caminador, sin embargo, Thaler, un defensor de la comunidad local mencionó que la comunidad quería saber por qué el policía pensó que era necesario aplicar una descarga con un taser a una mujer frágil que además tenía demencia y que posiblemente no podría haber representado una amenaza: “simplemente, no hay excusa para ello, pero sucedió”.
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