📸 Cortesía: Comfenalco
Murillo, Tolima: un pueblo que abraza el turismo con respeto y futuro
Este lunes 12 de junio, en la ciudad de Huzhou, China, Murillo, un pequeño municipio al pie del Nevado del Ruiz, se alzó con un título que hablaba más que de un premio: fue un reconocimiento global a su apuesta por un turismo que mira más allá del lucro inmediato.
La Organización de las Naciones Unidas para el Turismo (ONU Turismo) incluyó a Murillo entre los “Mejores Pueblos Turísticos del Mundo 2025”, honor que se entrega cada cierto tiempo a comunidades que han demostrado esfuerzos concretos para preservar su entorno, su cultura y promover un desarrollo sostenible.
Murillo no es un destino cualquiera. Sus páramos, cascadas y bosques de palma de cera son testigos silentes de un paisaje que ha logrado convivir con la vida humana sin perder su esencia. Sus calles y plazas guardan la memoria viva de tradiciones como el Concurso de la Arriería o el Festival de la Cosecha de Papa, escenarios donde la identidad local se renueva cada año.
Pero, ¿cómo logró este logro? El proceso comenzó en febrero cuando el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo abrió una convocatoria nacional para postular municipios con modelos de turismo responsable. De 28 municipios en 13 departamentos, Murillo fue el que mejor mostró un camino hacia la sostenibilidad ambiental y la gestión comunitaria.
María Camila Sánchez, alcaldesa de Murillo, resumió en una frase el significado del premio: “Es el reflejo del trabajo en equipo y la dedicación de nuestra comunidad. Hoy, Murillo se posiciona como un destino que ofrece un turismo en armonía con la naturaleza y con nuestras tradiciones.” En la práctica, estas palabras se traducen en proyectos concretos: desde la reforestación activa hasta la protección del Parque Nacional Natural Los Nevados y la reducción drástica del uso de plásticos de un solo uso.
Este reconocimiento no solo pone a Murillo en el mapa mundial, sino que provoca interrogantes cruciales: ¿podrá mantener este modelo frente a futuros desafíos? ¿Logrará transformar este orgullo en desarrollo real para sus habitantes sin sacrificar el entorno? La apuesta es ambiciosa y el camino apenas comienza, pero Murillo ya ha demostrado que es posible un turismo que camine junto a la tierra y su gente, sin dejar sombras detrás.
