📸 Imagen cortesía X @nacionaloficial
¿Victoria con sabor a incertidumbre?
Domingo 31 de agosto, estadio Atanasio Girardot, Medellín. Atlético Nacional se impuso 1-0 ante Envigado en el clásico paisa correspondiente a la Liga BetPlay 2025-II. Sin embargo, más que un festejo, el resultado dejó un ambiente cargado de dudas y desencanto entre los hinchas verdolagas.
El único tanto llegó al minuto 34, cuando el delantero argentino Juan Buazá recibió una asistencia de Alfredo Morelos para poner adelante a Nacional. La ventaja numérica parecía sentenciar el encuentro, pues Envigado sufrió expulsiones a los 39 y 44 minutos, dejando el campo con nueve jugadores. No obstante, lejos de aprovechar esta circunstancia, el equipo dirigido por Javier Gandolfi se mostró extraño, sin fluidez ni ambición ofensiva, especialmente en la segunda parte. Sorprendentemente, Envigado, aun con dos hombres menos, inquietó a la defensa local gracias a las repetidas incursiones de Luis Díaz por la banda izquierda.
La tribuna, acostumbrada a la garra y el despliegue de Nacional, no ocultó su descontento. La falta de contundencia y la escasez de ideas ofensivas provocaron murmullos y críticas. “El equipo carece de alternativas cuando tiene ventaja y no sabe cómo aprovechar las superioridades numéricas”, reflexionó el periodista Carlos Antonio Vélez, voz autorizada que sintetizó el sentir generalizado tras el partido.
Este triunfo mantiene a Nacional en la tercera posición con 16 puntos, asegurándole un lugar momentáneo en la zona de clasificación. Sin embargo, la irregularidad persiste. Más allá del resultado, el equipo mostró una alarmante repetición de errores y previsibilidad que no conjuran el temor de que la crisis deportiva pueda profundizarse. Como han señalado algunos analistas, incluso enfrentando a un rival notablemente disminuido, Nacional no logró convencer ni en la cancha ni en las tribunas.
¿Será este triunfo un respiro o un mero parche? La hinchada pregunta: ¿puede un equipo con tan pocas respuestas aspirar a grandes metas? La incertidumbre, lejos de disiparse, parece instalarse en el corazón verdolaga.