📸Cortesía: (AP Photo/Mark Schiefelbein)
¡Qué ola en el Caribe!
Este martes 2 de septiembre de 2025, en medio de la inmensidad azul del sur del Caribe, las fuerzas militares de Estados Unidos hundieron una embarcación cargada de drogas, que según Washington, partió de Venezuela. Un operativo bélico calificado como “ataque letal” por el presidente Donald Trump, quien desde Washington confirmó el giro de los eventos, marcando una nueva página en la tensa relación entre ambas naciones.
La acción fue tajante. Trump aseguró en la noche, hora Colombia, que “literalmente, acabamos de dispararle a una lancha cargada con drogas”, otra maraña en la lucha antidrogas que Washington libra en la región. El presidente añadió que a bordo había una “gran cantidad de estupefacientes” y defendió la medida como imprescindible para la seguridad estadounidense. Poco después, el secretario de Estado Marco Rubio reforzó el relato, vinculando al navío con una organización narcoterrorista, sellando así una narrativa de guerra contra el narcotráfico.

Este hecho no es aislado. Desde mediados de 2025, Estados Unidos ha desplegado en el Caribe una flota que despliega sofisticados misiles, un submarino nuclear, y unidades de vigilancia aérea, con miles de soldados en tierra y mar. La causa es evidente: detener el flujo creciente de cocaína, originaria de Venezuela y con rumbo a su territorio. El operativo es la expresión más reciente de una política activa y beligerante que ensombrece las aguas y aviva las brasas diplomáticas.
En Caracas, la reacción fue inmediata y encendida. Nicolás Maduro definió el ataque como “la mayor amenaza militar en el continente en un siglo”, decretando estado de alerta máxima en sus fuerzas armadas. La confrontación verbal refleja una escalada que se siente no solo en ámbitos militares, sino también en la incertidumbre de la sociedad civil atrapada entre la geopolítica y el narcotráfico.
Este episodio plantea preguntas profundas: ¿puede una acción militar frenar un problema cuya raíz es social y económica? ¿Hasta dónde llegará esta pugna entre dos países vecinos? Mientras tanto, el Caribe sigue siendo escenario de una batalla que no solo muestra barcos en confrontación, sino también las tensiones que erosionan la estabilidad regional y la vida de miles que, a la sombra de estos hechos, buscan esperanza.