El naufragio de un barco de migrantes en las aguas del sur de Italia ha dejado a 66 personas desaparecidas, entre ellas 26 niños, la mayoría de familias afganas, según informaron supervivientes a Médicos sin Fronteras (MSF). Shakila Mohammadi, mediadora cultural de MSF, describió la escena como «desgarradora», con familias traumatizadas y un dolor palpable tras ver ahogarse a sus seres queridos. Doce personas lograron sobrevivir, mientras que las operaciones de rescate continúan por parte de la Guardia Costera italiana.
El naufragio ocurrió cuando un velero procedente de Turquía, en el que viajaban familias afganas, se hundió tras ocho días en el mar. Los supervivientes relataron que viajaban sin chalecos salvavidas y que algunas embarcaciones cercanas no se detuvieron para auxiliarlos. Una embarcación de recreo francesa dio la alerta a unas 120 millas de la costa italiana, lo que movilizó a la Guardia Costera y a dos buques mercantes en las cercanías.

Los 12 supervivientes fueron rescatados y llevados al puerto de Roccella Jonica por la Guardia Costera italiana, que también trasladó el cuerpo de una mujer que falleció tras el rescate. Este naufragio se suma a una serie de tragedias en el Mediterráneo central, donde recientemente se han recuperado 17 cadáveres en otra operación de rescate.
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En lo que va del año, más de 23,000 migrantes han llegado a las costas italianas, una disminución respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, la cifra de muertes en el Mediterráneo central sigue siendo alarmante, con cerca de 800 víctimas en 2024, según un comunicado conjunto de ACNUR, la OIM y UNICEF. La situación de los migrantes en el Mediterráneo sigue siendo crítica y requiere atención y acción urgente por parte de la comunidad internacional.