📸 Imagen cortesía Referencia ENS
¿Inocencia acribillada?
La noche del jueves 18 de septiembre de 2025, en el corazón del barrio La Primavera, Baranoa, Atlántico, la calma se quebró con un estruendo de balas. Una niña de apenas 12 años perdió la vida, víctima fatal de una bala perdida en un acto de violencia que tenía por blanco a dos hombres que resultaron también heridos.
Eran cerca de las 9:15 p.m. cuando la tranquilidad habitual del sector La Costeña fue interrumpida por dos individuos armados que, sobre una motocicleta, descargaron sus disparos a corta distancia contra sus objetivos mientras éstos transitaban por la calle 22 con carrera 22. En medio de la ráfaga, una bala alcanzó a la menor en su vivienda, segando una vida que parecía destinada a proyectos y esperanza.
La víctima era hija de una médica reconocida, un pilar de la comunidad local. Fue trasladada con premura a un centro de salud y de allí remitida a un hospital de mayor complejidad. A pesar de los esfuerzos médicos que lograron momentáneamente revertir un paro cardiorrespiratorio, la gravedad de la herida fue demasiada y la niña falleció minutos después, dejando un vacío irreparable.
“Es un hecho que enluta a todo el municipio”, comentó un vecino, reflejando el dolor y la consternación que embargan a La Primavera. En sus palabras resuena el sentir colectivo, dolido no solo por la pérdida de una vida inocente, sino también por el impacto a una familia honorable y al tejido social local.
Los presuntos objetivos del ataque permanecen hospitalizados, sin que las autoridades hayan divulgado todavía sus identidades, ni la de la menor. Este episodio revela nuevamente la fragilidad de la seguridad en zonas que han visto crecer la violencia, y plantea una pregunta que arde en el ambiente: ¿cuánto más debe esperar la comunidad para sentir que está protegida?
Mientras tanto, el dolor y la indignación se mezclan en las calles de Baranoa, donde una niña, cuyo futuro fue truncado, se ha convertido en el símbolo silente de la necesidad urgente de justicia y paz.
