«No sea sapo»: Polémica en redes por video de colombiano en el ejército de Israel que critica a Petro

📸 Imagen cortesía Presidencia de la República – Redes Sociales
Contra el pulso de dos patrias

Este martes 29 de septiembre de 2025, un video encendió las redes sociales colombianas con un mensaje inesperado: un joven de 28 años, Brian Cortés, se presenta como colombiano y soldado del ejército israelí. Desde ese férreo vínculo con dos naciones, lanzó una crítica dura y punzante contra el presidente Gustavo Petro, poniendo en jaque el discurso político nacional y sembrando controversia en un momento ya tenso en las relaciones entre Colombia e Israel.

En el video, Cortés viste uniforme militar con insignias israelíes y se dirige al presidente con un reproche directo y crudo. “Señor presidente Gustavo Petro, no sea sapo. Este consejo se lo doy como un israelí y como un colombiano… prefiere hablar de problemas externos que no tienen nada que ver con el pueblo colombiano”, dice, en alusión a que Petro estaría evadiendo la crisis social que golpea a regiones como La Guajira y el flagelo de la minería ilegal. La carga política de su argumento se palpa en cada palabra, incluso arriesgando la acusación al líder colombiano, que fue guerrillero, y redondea con una provocación: “Me llamo Brian, y estoy seguro de que sería mucho mejor presidente que usted”.

La réplica de Petro, tres días después, desde su cuenta oficial en X, no tardó en aflorar la herida abierta. “Yo hice la guerra e hice la paz. Tú, como te llames, deja de matar bebés a nombre de Colombia. Colombia es vida y belleza, y no muerte”, sentenció el mandatario, alzando el tono en una confrontación simbólica que va más allá del intercambio de mensajes. Esta tensión ocurre en medio de una crisis diplomática aguda; hace poco, Colombia expulsó a toda la delegación diplomática israelí en Bogotá, endureciendo un vínculo que ya estaba fracturado.

Este pulso entre Brian Cortés y Gustavo Petro no solo interpela la política interna y la imagen presidencial, sino que también desnuda un conflicto más profundo: la dificultad para conciliar identidades y lealtades en un mundo globalizado, pero fragmentado. ¿Cómo un joven que se dice colombiano e israelí interpela a su propio país desde otro armamento, otro discurso? ¿Qué significa esta fractura para la diplomacia y la sociedad colombiana? Mientras las redes arden y las palabras vuelan, la ciudadanía observa con inquietud y espera respuestas que tal vez estén lejos de ser reconciliadoras.

En definitiva, esta historia es más que un choque verbal: es un espejo que refleja las complejidades del presente, las heridas abiertas de un país que no termina de cerrar sus ciclos y un líder que, entre guerras y paz, busca sostener su mandato en medio de sombras y controversias. ¿Podrá Colombia encontrar equilibrio cuando las voces desde afuera y desde dentro se cruzan con tanta vehemencia? El pulso está lanzado.

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