📸 Cortesía: Víctor Holguín – Mindefensa
¿CONSPIRACIÓN EN LA SOMBRA?
Un país en alerta.
Este domingo 29 de junio de 2025, Colombia despertó con un temblor político tras la divulgación de audios que presuntamente vinculan al excanciller Álvaro Leyva con un plan para derrocar al presidente Gustavo Petro.
Los audios, publicados por el diario El País de España, plantean una trama que buscaría desestabilizar el actual gobierno en menos de 20 días. En ellos, Leyva habría explorado apoyos tanto en círculos cercanos al expresidente estadounidense Donald Trump como entre figuras políticas y económicas de Colombia. Además, habría intentado involucrar a la vicepresidenta Francia Márquez, al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay y a la precandidata Vicky Dávila. Sorprendentemente, se menciona incluso la posible participación de grupos armados ilegales como el ELN y el Clan del Golfo, aunque esas conexiones siguen bajo investigación judicial.
Ante el impacto de estas revelaciones, el Ministerio de Defensa, liderado por el general (r) Pedro Sánchez, se pronunció con inusual contundencia: No toleraremos ni permitiremos cualquier intento de conspiración contra nuestra Nación. La cartera confirmó que desplegará todas sus capacidades institucionales para proteger el orden democrático, una advertencia que, lejos de calmar las aguas, aumenta la tensión en la arena política nacional.
En medio del vendaval, el presidente Gustavo Petro rompió el silencio al día siguiente, rechazando enfáticamente cualquier salida forzada o fuera de los cauces legales: Yo no he ordenado ni el pueblo, gestionar la salida de la presidencia. Eso lo haré, personalmente, el 7 de agosto del 2026. Su declaración no solo reafirma su compromiso con la Constitución, sino que también busca apaciguar una creciente incertidumbre ciudadana.
Sin embargo, el espectro de un posible complot deja preguntas abiertas: ¿Cómo se tejió este presunto plan? ¿Quién realmente se mueve tras bambalinas? Y sobre todo, ¿qué consecuencias tendrá para un país ya marcado por profundas divisiones y desafíos institucionales?
La ciudadanía observa atenta, mientras las autoridades investigan. La sombra de la intriga política se cierne sobre Colombia, pero la única certeza es que, en democracia, la legitimidad solo puede sostenerse a la luz de la transparencia y el respeto a las instituciones.