Noche de terror. Queman seis tractomulas.

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## Noche de terror en la vía a Buenaventura

El incendio devora seis tractomulas. Un conductor herido. La carretera clave al Pacífico vuelve a ser escenario de violencia.

En la madrugada del miércoles 16 de julio de 2025, la tranquilidad del corredor logístico entre Buga y Buenaventura, en el Valle del Cauca, fue quebrantada por el fuego y las balas. Hombres armados atacaron simultáneamente en varios puntos de la carretera, incendiando seis tractocamiones y dejando a un conductor herido por arma de fuego. Lo que debería ser un paso seguro para el comercio y la movilidad, se transformó en una trinchera de miedo.

Según la Policía del Valle, el ataque se sucedió entre la noche del martes y las primeras horas del miércoles. Tres tractomulas ardieron en el kilómetro 16, otra más en el 25, y dos fueron quemadas dentro de un parqueadero cercano al kilómetro 17. La comandante regional, coronel Sandra Rodríguez, explicó que antes de incendiar los vehículos, los agresores intimidaron y dispararon contra un conductor, quien recibió atención médica en Buenaventura. El modus operandi sugiere una acción coordinada de al menos ocho hombres armados, cuya identidad y motivaciones aún son materia de investigación.

Este corredor vial es vital para la economía nacional, un nexo indispensable para la salida y entrada de mercancías hacia el Pacífico. Sin embargo, también es un terreno fértil para los grupos criminales que buscan imponer terror y controlar rutas estratégicas. La presencia de una granada artesanal abandonada entre los kilómetros 23 y 25 no sólo complicó la labor de las autoridades, sino que añadió un aura de amenaza permanente para quienes transitan por allí.

“La Policía Nacional, en coordinación con el Ejército y la Armada, mantiene un operativo conjunto, asegurando la vía y buscando a los responsables”, declaró la coronel Rodríguez. Sin embargo, la pregunta que queda flotando en el aire es si estos controles serán suficientes para romper el ciclo de violencia que erosionan la confianza ciudadana y paralizan la economía regional.

Mientras tanto, Buenaventura y el Valle del Cauca se despiertan con la incertidumbre de una noche más marcada por el fuego y el silencio de la justicia. ¿Podrá alguna vez esta ruta estratégica dejar de ser un escenario de terror? El tiempo y las acciones institucionales responderán, aunque el dolor y la desconfianza permanecen, como cenizas que la brisa disipa, pero no elimina.

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