Obispo nicaragüense se niega a ser deportado por el régimen de Ortega

El obispo Rolando Álvarez volvió a ser encarcelado este miércoles, después de negarse a ser deportado del país en medio de conversaciones entre el Gobierno de Daniel Ortega y un enviado especial del Vaticano. El sacerdote, por lo visto, se estaría negando a abandonar el país debido a que no ha cometido ningún delito.

Álvarez fue condenado a 26 años de prisión en febrero de este año por ser una de las personalidades religiosas con mayor oposición al régimen sandinista de Nicaragua, por lo que se le acusó de ‘traición a la patria’. Además, se le removieron todos sus derechos como ciudadano y la ciudadanía nicaragüense.

En marzo, Álvarez también tuvo la oportunidad de abandonar el país junto con otros 220 presos políticos, pero se negó de igual manera. Para Ortega y su cúpula, ha sido un completo dolor de cabeza, puesto que el obispo afirma que, desde la cárcel, seguirá denunciando los crímenes a los derechos humanos en el país.



Esta es una más de las muestras evidentes de la persecución política que tiene el régimen sandinista en contra de la Iglesia Católica, puesto que ha ordenado especial vigilancia contra las personalidades religiosas que hay en Nicaragua. Al menos 400 agresiones habría sufrido la Iglesia Católica por parte del régimen en los últimos cinco años.

Álvarez volvió, después de las conversaciones, a la cárcel Modelo de Managua. Para acogerse al exilio propuesto por el Gobierno, debía aceptar los cargos criminales que se le imputaron, ante lo cual no accedió. Seguirá, entonces, reclamando su libertad incondicional desde prisión.

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