«`htmlMEDELLÍN EN MARCHA: ¿UN CLAMOR POR REFORMAS O UNA JORNADA DE RESISTENCIA?
Un miércoles que no pasa inadvertido.
Este 11 de junio de 2025, Medellín despierta con sus calles tomadas por la voz de la ciudadanía que camina, canta y se reúne para expresar más que un simple desacuerdo: un respaldo firme a la consulta popular y a las reformas sociales impulsadas por el presidente Gustavo Petro.
La movilización social comenzó temprano, a las 10:00 de la mañana, con un plantón en la sede de la Asociación de Institutores de Antioquia (ADIDA), en pleno corazón del centro de la ciudad. De allí partió el nutrido grupo de manifestantes que en torno a las 11:00 a.m. tomó la Avenida La Playa, recorriendo la Avenida Oriental y la calle San Juan hasta desembocar en la Plaza de las Luces. Allí, la protesta se mezcla con cultura: presentaciones artísticas, música y teatro que buscan subrayar el papel del arte como un vehículo para fortalecer los derechos ciudadanos.
Participan entre 1500 y 2000 personas, muchas venidas desde otros municipios, conformando un mosaico de voces representadas por maestros, sindicalistas y estudiantes. Este conglomerado no solo camina, sino que reivindica. Y lo hace con razones claras. Para las centrales obreras y el gremio docente, el mensaje es que la consulta popular es necesaria para reactivar reformas en materia laboral y de salud, propuestas que sienten truncadas o diluidas en el Congreso. Sebastián Ochoa, secretario regional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) Antioquia, lo expresó así: No estamos de acuerdo con quienes llaman a que se retire la consulta. Esto debe fortalecer el espacio del diálogo y poder verdaderamente brindarle al pueblo colombiano esas exigencias que hace mucho tiempo vienen pidiendo.
Mientras tanto, la Alcaldía Distrital de Medellín observa el desarrollo de las actividades, conscientes de que estas jornadas demandan un control especial de la movilidad urbana y requieren maniobras para minimizar el impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos. La movilización no solo denuncia; también interpela sobre la capacidad institucional para responder a demandas sociales genuinas.
Este miércoles, entonces, Medellín es escenario de una protesta que entrelaza la urgencia política con la expresión cultural. En sus calles resuena un llamado a que se escuche la voz colectiva y a que se avance sin dilaciones en esos cambios largamente aguardados. Pero, en un país donde la historia de consulta y reformas ha enfrentado obstáculos, surge la pregunta inevitable: ¿será este clamor el preludio de una nueva etapa o apenas una más de esas jornadas destinadas a quedar en pausa?
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