¿ALERTA A LA VUELTA? EL RESURGIR SILENCIOSO DEL SARS-COV-2
Este 11 de mayo de 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una señal de alarma ante un aumento global de casos de SARS-CoV-2, alcanzando una tasa de positividad del 11 % — un nivel no visto desde julio del año pasado.
Los datos recogidos de 73 países revelan un marcado ascenso en la circulación del virus desde mediados de febrero, impulsado con fuerza por la nueva variante NB.1.8.1. Esta cepa, una descendiente directa de ómicron, ha extendido sus tentáculos principalmente en Asia, el Mediterráneo oriental y el Pacífico occidental, zonas donde los brotes son ya motivo de inquietud. Europa y América del Norte también registran rebrotes que, aunque más moderados, evidencian el desgaste de las medidas preventivas y las bajas tasas en dosis de refuerzo. En América Latina, aunque las cifras son bajas, la baja percepción de riesgo y la reducción en pruebas diagnósticas mantienen un riesgo latente, invisible pero presente.
Hasta ahora, se han secuenciado 518 casos de NB.1.8.1 en 22 países, incluyendo Estados Unidos — concretamente en puntos neurálgicos como los aeropuertos de California y Nueva York —, así como en naciones asiáticas y europeas. Estudios preliminares indican que esta variante cuenta con una mayor capacidad para adherirse a las células humanas, facilitando así su contagio, aunque sin mostrar un incremento en la gravedad clínica respecto a sus predecesoras.
¿Qué significa todo esto? La OMS sigue considerando que el riesgo global para la salud pública es “bajo”. Sin embargo, el regreso a tasas de positividad que incumben a un virus que creíamos controlado pone en evidencia la fragilidad de la vigilancia epidemiológica y el cansancio social frente a las vacunas y medidas de contención. ¿Hasta qué punto las sociedades están preparadas para volver a reforzar protocolos que parecían cosa del pasado? ¿Podrá la comunidad científica adelantar nuevas estrategias para contener esta amenaza en su raíz?
En medio de la cautela internacional, la esperanza recae en la combinación entre vigilancia constante, refuerzos inmunológicos actualizados y una comunicación que no haga del virus un monstruo invisible, sino una realidad cotidiana a enfrentar. Y mientras la variante NB.1.8.1 extiende sus sombras silenciosas, el mundo observa expectante si este repunte marcará un nuevo capítulo en la pandemia o será solo un sobresalto más en el camino.
