La Organización Mundial de la Salud (OMS) insta con urgencia a los países europeos a implementar una respuesta rápida y coordinada frente a los brotes de sarampión. En el año anterior, más de 58,000 personas en 41 de los 53 Estados miembros de la región contrajeron sarampión, lo que resultó en miles de hospitalizaciones y 10 fallecimientos relacionados con la enfermedad.
Las cifras recientes de 2023 muestran un aumento significativo en comparación con los tres años anteriores, representando un riesgo para aquellos que no están inmunizados.
La OMS subraya la necesidad de esfuerzos sostenidos para evitar un aumento continuo de casos de sarampión en 2024. La pandemia ha contribuido a la acumulación de niños susceptibles que no han recibido sus vacunas rutinarias contra el sarampión y otras enfermedades prevenibles.
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El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se propaga fácilmente a través de la respiración, la tos o los estornudos de una persona infectada, pudiendo causar enfermedad grave, complicaciones e incluso la muerte.
Aunque puede afectar a cualquier persona, el sarampión es más común en niños. Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal y una erupción cutánea que se extiende por todo el cuerpo.
A pesar de contar con una vacuna segura y rentable, se estima que en 2021 murieron alrededor de 128,000 personas a causa del sarampión, la mayoría de ellas niños menores de cinco años. La intensificación de las actividades de inmunización a nivel mundial, liderada por países, la OMS, la Alianza contra el Sarampión y la Rubéola, y otros socios internacionales, ha logrado prevenir 56 millones de muertes entre 2000 y 2021. Gracias a la vacunación, las defunciones por sarampión disminuyeron de 761,000 en 2000 a 128,000 en 2021.
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