📸 Cortesía: Canva
¿Salud a precio de impuesto?
Este martes 2 de julio de 2025, en Sevilla, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó la iniciativa “3 por 35” en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo. Un llamado global a subir, antes del 2035, los impuestos al tabaco, al alcohol y a las bebidas azucaradas al menos un 50%.
La apuesta es clara: reducir el consumo de estos productos que hoy arrastran enfermedades no transmisibles (ENT) como canceres, diabetes, cardiopatías y afecciones respiratorias, responsables de más del 75% de las muertes en el mundo. La OMS estima que esta medida podría evitar hasta 50 millones de muertes prematuras en medio siglo y, a su vez, reunir un billón de dólares para fortalecer sistemas de salud que, en muchos países, caminan al borde del colapso.
Detrás de estas cifras está una preocupación latente: la expansión imparable de las ENT amenaza la sostenibilidad de los servicios sanitarios, especialmente en las naciones más vulnerables. El tabaco, el alcohol y el consumo desmedido de azúcares no solo dañan cuerpos, sino que erosionan la capacidad de los gobiernos para atenderlos.

“El impuesto sanitario es una herramienta que no podemos ignorar. Tiene doble filo: limita el acceso a los productos dañinos y, al mismo tiempo, genera recursos para cuidar a quienes más lo necesitan”, sostuvo el Dr. Jeremy Farrar, subdirector general de Promoción de la Salud y Prevención y Control de Enfermedades de la OMS. Su voz resuena como una advertencia y un llamado a la acción urgente.
La iniciativa “3 por 35” se cimenta en tres pilares esenciales: elevar precios para frenar el consumo, asegurar ingresos sostenibles para financiar la cobertura sanitaria universal y consolidar la protección social. La pregunta que queda en el aire es si los países, enfrentados a intereses económicos y culturales, lograrán traducir esta propuesta en políticas reales. ¿Serán capaces de poner el precio justo a la salud?