Foto: OHCHR/ Media Clinic
Desde el fin de semana, Israel comenzó operativos en el sur de Gaza, región hacia la que se han visto desplazados más de millón y medio de palestinos desde el pasado 7 de octubre. En particular, una de las zonas que se ha visto afectadas es Rafah, ciudad que limita con Egipto y en donde la población se encuentra hacinada.
Si hasta hace un año la población en la Franja de Gaza era de dos millones de personas, solamente en la ciudad de Rafah hay un millón trescientos mil en la actualidad, producto del desplazamiento masivo al que se han visto sometidos tras las arremetidas del Ejército de Israel en el norte y centro de Gaza.
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De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, una escalada violenta en esta región “podría conducir a la pérdida a gran escala de vidas civiles” y cualquier medida de Israel por extender su invasión a gran escala hacia esta ciudad podría dar lugar a la comisión de crímenes de guerra.
“Podemos dejar claro lo que dice la ley… según el derecho internacional humanitario”, afirmó Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, asegurando que “el bombardeo indiscriminado de zonas densamente pobladas puede equivaler a crímenes de guerra”.
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Estas advertencias llegan pocas horas después de que dos bombardeos sobre Rafah acabaran con la vida de casi dos decenas de personas, incluyendo menores de edad. Para las organizaciones humanitarias es esencial que esta ciudad no sea atacada, pues fue designada como “área segura” para los palestinos según el propio Ejército israelí.
“Los informes de ataques mortales en Rafah son profundamente impactantes”, condenó Laerke. “Cientos de miles de niños de Gaza están apretujados en este pequeño rincón sin protección”, enfatizó.