📸 Cortesía: X @Indepaz
¿SILENCIO MORTAL EN EL SILENCIO?
Corinto, Cauca, 27 de junio de 2025. Una tarde que prometía la calma habitual se tornó en tragedia cuando la lideresa social Angie Leandra Henao Zambrano fue abatida de manera brutal en su hogar.
Alrededor de las 2:30 pm, hombres armados e indeterminados irrumpieron en la vivienda situada en la vereda El Silencio y dispararon sin piedad ante la mirada aterrada de sus tres hijos menores. La muerte fue inmediata, silenció para siempre la voz de una defensora incansable.
Angie Leandra no era solo una madre; era una reconocida lideresa campesina y un pilar insustituible en la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) Norte del Cauca. Su compromiso con la justicia social y la dignidad de las comunidades rurales la convirtió en un blanco constante. Esta tragedia refleja una herida abierta y recurrente en la región, un eco amargo que se suma al asesinato de Esther Julia Camayo, compañera de causa y compañera de lucha, asesinada apenas dos meses atrás en abril.
La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos fue pronta en reaccionar: “Condenamos el homicidio de la defensora Angie Leandra Henao Zambrano. Fue asesinada en su casa, frente a sus hijos menores, por hombres armados que llegaron disparando. Angie pertenecía a la ANUC”, señalaron en su cuenta oficial. Más allá de la condena, la ONU exigió a las autoridades una investigación diligente e inmediata, además de medidas urgentes para proteger a los niños sobrevivientes y a quienes continúan defendiendo los derechos humanos en contextos tan adversos.
Este asesinato irradia una sombra profunda sobre el Cauca y el país, donde la violencia contra los líderes sociales no cede y el silencio oficial parecía hasta ahora prolongarse sin respuesta eficiente. ¿Cómo romper este ciclo? ¿Qué garantías tendrán los hijos de Angie y quienes todavía alzan la voz? Las preguntas persisten, mientras la herida sangra.
La sociedad civil y las organizaciones defensoras claman justicia. La exigencia no es solo por Angie Leandra Henao Zambrano, sino por todas las vidas que se desvanecen en la lucha silenciosa y peligrosa por derechos fundamentales. ¿Podrá la justicia avanzar entre tantas sombras? Mientras tanto, el dolor permanece, como la lluvia que no cesa en El Silencio.