Imagen cortesía: Organización de las Naciones Unidas
Después de más de cien días de conflicto en Gaza, sin vislumbrarse una tregua, los líderes de diversos organismos de la ONU expresaron conjuntamente su llamado urgente a un acceso más amplio y rápido a la ayuda esencial en ese territorio palestino. Subrayaron sus renovados temores acerca de una posible hambruna y una catástrofe derivada de la propagación de enfermedades.
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La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, alertó sobre el riesgo de que la población en Gaza muera de hambre, a pesar de que hay camiones cargados de alimentos a pocos kilómetros. Este llamamiento fue respaldado también por los líderes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de los esfuerzos de la ONU y sus socios de ayuda para distribuir alimentos diariamente en Gaza, el bloqueo casi total impuesto por Israel en respuesta a los ataques liderados por Hamás ha complicado la situación. En este contexto, los líderes de las agencias de la ONU destacaron que la ayuda humanitaria, por sí sola, no puede satisfacer las necesidades esenciales de la población en Gaza. Cindy McCain enfatizó la necesidad de tomar medidas urgentes para agilizar las entregas de ayuda en este territorio devastado, donde la totalidad de la población depende de la asistencia humanitaria para subsistir.
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El pasado 11 de enero, el primer convoy con suministros del PMA llegó al norte de Gaza desde la pausa humanitaria a finales de noviembre, beneficiando a unas 8000 personas. En un comunicado conjunto, las tres agencias de la ONU instaron a tomar medidas inmediatas, tales como abrir nuevas vías de entrada, permitir que más camiones atraviesen los controles fronterizos diariamente, reducir las restricciones al movimiento de los trabajadores humanitarios y garantizar la seguridad de quienes acceden y distribuyen la ayuda.
Las últimas evaluaciones sobre la inseguridad alimentaria en Gaza, reconocidas internacionalmente, indican que cerca de 2,2 millones de personas se encuentran en crisis o en niveles más graves de inseguridad alimentaria aguda.
