Mientras que el papel de Colombia en medio del conflicto entre Israel y Palestina se está viendo ligado a las polémicas declaraciones del presidente Petro y al desarrollo de sus relaciones diplomáticas en torno a la guerra, el Partido Comunes (ex Farc) rechazó los ataques de Hamas e hizo un llamado a la paz.
El Partido Comunes, liderado por el excomandante de las Farc Rodrigo Londoño, emitió una declaración en la que señalan que “el violento e inhumano ataque de Hamas contra el estado de Israel y su población civil ocurrido el pasado 7 de octubre, que condenamos, desató la ira de éste de manera desproporcionada, atacando no solo las fuerzas hostiles, sino la población civil palestina, en una dimensión sin antecedentes”.
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La posición expresada por el partido es de rechazo a las actividades en contra de civiles por parte y parte, puesto que las“experiencias de un largo conflicto armado y la firma de un Acuerdo Final de Paz en 2016 nos sirvieron para concluir que la violencia es el peor de los caminos”. El comunicado añade también que “dejamos de creer en la violencia, aseguramos firmemente que no se puede combatir el terrorismo con más terrorismo”.
Por su parte, el Pacto Histórico, partido del Gobierno, hizo público un comunicado en el que rechazan, principalmente, a las naciones que atacan a Gustavo Petro por sus postura y declaraciones. Una postura similar tomó el Polo Democrático, que en lugar de enfocarse en el conflicto, defendió al presidente.
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El Partido Verde, a través de Antonio Navarro, Rodrigo Romero y Carlos Amaya, emitió también un comunicado. Aunque en él rechazan las acciones violentas de ambas partes, se enfocaron en pedir “mesura y calma” al presidente, para que evite un rompimiento diplomático con Israel. Algo por lo que Petro ya indicó no estar preocupado.
El Centro Democrático, por su parte, rechazó las declaraciones del presidente Petro y las acciones terroristas por parte de Hamas contra la población civil israelí, mas no las acciones del Ejército de Israel que, a día de hoy, han dejado a más de 3.000 civiles muertos.
