📸 Imagen cortesía: Cuenta de X Jennifer Pedraza
¿Impunidad con título fraguado?
Este jueves 25 de septiembre de 2025, la representante a la Cámara Jennifer Pedraza, del partido Dignidad y Compromiso, desató una tormenta política al cuestionar la candidatura de Juliana Guerrero a viceministra de Juventud. La razón: la anulación de su título profesional y serios indicios de fraude que sacuden la credibilidad del Gobierno Nacional.
El epicentro de la controversia es la Fundación Universitaria San José, que revocó el título de contadora pública de Guerrero. La causa es la ausencia del obligatorio examen Saber Pro, requisito legal para graduarse en Colombia, un dato confirmado por Juan David Bazzani, abogado de la universidad: “al no acreditarse la presentación o cumplimiento de ese requisito, la universidad debe proceder a la anulación del referido diploma”. Más allá de esto, Pedraza denunció la inexistencia del registro oficial de matrícula y grado en el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), y la supuesta presentación de documentos falsos que permitieron obtener el título.
La voz de Pedraza es firme y revela la gravedad de lo que está en juego: “La indignación más grande es que Juliana Guerrero siga insistiendo en ser nombrada viceministra de Juventud cuando evidentemente los títulos que presentó no cumplen los requisitos legales. Aquí estamos hablando de los presuntos delitos de fraude procesal y falsedad en documento público, que ya denuncié ante la Fiscalía el 7 de septiembre”.
Pero el asunto no se queda en la ilegalidad individual: para la congresista, es la punta de un iceberg que pone en tela de juicio la corrupción dentro del Ejecutivo. Pedraza señaló directamente al ministro del Interior, Armando Benedetti, y al presidente Gustavo Petro como responsables de respaldar el polémico nombramiento.
Mientras la Fiscalía examina las denuncias, la sociedad mira con creciente escepticismo cómo se manejan los procesos que deberían ser garantes de transparencia y mérito. ¿Podrá la justicia esclarecer este episodio que revela, una vez más, la vulnerabilidad institucional frente a la corrupción? ¿O seguirá la impunidad tejiendo su telaraña en los pasillos del poder? El caso Juliana Guerrero aún está lejos de resolverse, y la incertidumbre persiste como sombra tenue en el corazón de la administración pública.