📸 Imagen cortesía: Ovidio González/Juan Diego Cano/Joel González- Presidencia de la República.
¿Cartel inventado o real amenaza?
Este lunes 25 de agosto de 2025, en Bogotá, el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, lanzó una declaración que sacudió las certezas sobre uno de los actores más oscuros del narcotráfico regional: negó la existencia del llamado “Cartel de los Soles”.
Petro utilizó su cuenta oficial en la red social X para desafiar la narrativa prevalente en Estados Unidos, que señala a esta organización como un cártel dirigido por altos mandos militares venezolanos y vinculado directamente al gobierno de Nicolás Maduro. Para el mandatario colombiano, sin embargo, el “Cartel de los Soles” no pasa de ser “una excusa ficticia de la extrema derecha para derribar gobiernos que no les obedecen”.
En su discurso, precisó que el verdadero control del flujo de cocaína que transita por territorio venezolano recae en una “Junta del Narcotráfico” transnacional, cuyos principales jefes estarían ubicados en Europa y Oriente Medio. Según Petro, esta red criminal incluye actores tan peligrosos como el Clan del Golfo y disidencias de las FARC, especialmente el Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia, extendiendo su influencia tanto en Colombia como en Venezuela.
Lejos de cerrar filas con acusaciones unilaterales, el presidente colombiano propuso un camino distinto: una coordinación regional entre Estados Unidos, Venezuela y Colombia para derribar estas redes ilícitas, pero “coordinando y no sometiendo”, aclaró. En línea con su rechazo a cualquier intervención extranjera en asuntos internos venezolanos, sostuvo que la solución política debe surgir de los propios venezolanos, a través del diálogo y una mayor democracia. Además, evocó una visión de integración regional y sostenibilidad, hablando de avanzar hacia “una Venezuela descarbonizada”.
Esta posición, claramente discrepante del enfoque estadounidense, abre interrogantes profundas sobre las estrategias para combatir el narcotráfico y la politización que rodea el fenómeno. ¿Es el “Cartel de los Soles” una invención política o una realidad tangible? ¿Podrá la región sincronizar esfuerzos sin caer en viejas lógicas de dominación? La complejidad del problema persiste, y con ella, la necesidad de respuestas que vayan más allá de las etiquetas y los discursos simplistas.