📸 Imagen cortesía: Juan Diego Cano – Presidencia de la República
¿Coalición o quimera internacional?
Este martes 23 de septiembre de 2025, en la emblemática Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó una propuesta que sacudió el debate internacional: la formación de un ejército multinacional para liberar Gaza del “genocidio” que, a su juicio, sufre el pueblo palestino.
Petro no se quedó en palabras. Indicó que Indonesia, país con histórica vocación pacifista, estaría dispuesta a aportar hasta 20.000 soldados para integrar esta fuerza armada, siempre dentro de un mandato claro para garantizar la paz y la estabilidad. Fue un llamado urgente a los países que rechazan los crímenes de guerra: “Necesitamos un ejército poderoso de los países que no aceptan el genocidio… Debemos liberar Palestina”, afirmó con determinación frente a los líderes mundiales.
La propuesta encuentra eco en el presidente indonesio Prabowo Subianto, quien reafirmó durante la misma cumbre la disposición de su nación a contribuir en una misión respaldada por la ONU, condicionada a la defensa de una solución de dos Estados y a un rol definido en la protección civil. Sin embargo, hasta ahora Jakarta no ha emitido una confirmación oficial sobre el despliegue militar fuera del marco de una futura misión de paz avalada por el Consejo de Seguridad.
Este planteamiento revela las tensiones de una crisis que desborda la diplomacia tradicional y desafía los protocolos internacionales. ¿Puede una coalición armada responder a un conflicto tan enquistado sin agravar la violencia? ¿Qué riesgos y legitimidad incluye llamar a las armas en nombre de la paz? La incertidumbre persiste, mientras el mundo observa y la tragedia palestina permanece suspendida entre la esperanza y la desesperación. ¿Será posible que la justicia y la solidaridad se materialicen en un ejército que libere verdaderamente Gaza?
