En la que parece ser la crisis institucional más grande que ha enfrentado el gobierno de Gustavo Petro hasta el momento, las acciones más drásticas son aquellas que proponen soluciones. En la noche de este martes, el presidente tomó dos decisiones que podrían afectar a su lineamiento de unidad nacional.

Pedir la renuncia protocolaria a sus ministros fue una de estas decisiones, la más fuerte. Por otro lado, la de romper las coaliciones con los demás partidos que se declaran ‘de gobierno’. Esto, después de una clara muestra en contra del apoyo hacia la reforma de salud por parte de los partidos de la ‘coalición’ en el Congreso.

En especial, fue el último choque con el presidente del Partido Liberal, César Gaviria, que Petro desistió de contar con el apoyo de los demás partidos tradicionales, cuando este último comunicó que habría medidas en contra de los congresistas del partido que votaran a favor de la reforma.

Si bien estas advertencias de Gaviria no tendrían por qué intervenir dentro del equipo de Gobierno, para Petro parece viable que, reformando su gabinete, podrían tener más acogida sus propuestas de reforma. Así lo expresó en su cuenta de Twitter la misma noche.

“La invitación a un pacto social para el cambio ha sido rechazada. (…) La coalición política pactada como mayoría ha terminado en el día de hoy por decisión de unos presidentes de partido. Alguno de los cuales amenaza a la mayoría de su propia bancada. Tal situación nos lleva a un replanteamiento del gobierno”.

Se cree que al pedir las renuncias protocolarias hará reasignamientos de ministros en diferentes carteras a las que pertenecen actualmente, aunque se desconoce si les pedirá de forma definitiva el puesto a aquellos ministros que no apoyan directamente esta reforma a la salud en particular. Por el momento, no se ha notificado ningún cambio dentro del gabinete presidencial.

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