Petro propone con México un observatorio del crimen organizado

📸 Imagen cortesía: Imagen de referencia. Andrea Puentes/Mauricio Vélez- Presidencia de la República
¿Alianza contra mafias o espejismo binacional?

Una propuesta que nace del dolor y la urgencia.

Este lunes 3 de noviembre de 2025, en medio de la conmoción que desató el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, ocurrido apenas dos días antes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó una propuesta que apunta a retar la compleja realidad del crimen organizado en América Latina: un observatorio binacional entre Colombia y México destinado a fortalecer la cooperación y enfrentar juntas las mafias transnacionales.

La idea, compartida por Petro a través de su cuenta en X, apunta a crear un espacio común de análisis y vigilancia estratégica con inteligencia de alto nivel. En palabras del propio mandatario: “La lucha común contra mafias multinacionales, bien cimentada y apoyada en el análisis y la inteligencia de alto nivel, puede ser victoriosa en favor de la democracia de los pueblos”. Un llamado que no solo atiende a los hechos recientes en Michoacán, donde la violencia parece seguir tomando espacios públicos, sino a una preocupación que trasciende fronteras: el avance del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otras agrupaciones armadas, así como la creciente incursión de ciudadanos colombianos en el crimen organizado mexicano.

Por su parte, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, recogió la sensibilidad del momento para responder a Petro con un firme compromiso: “No habrá impunidad. Vamos a seguir todas las investigaciones hasta poder dar con los responsables, no solo materiales, sino también con quien ordenó esta ejecución”. Sus palabras reflejan una deuda pendiente con una sociedad que exige justicia y una política de seguridad que deje de lado la dilación y la inercia.

Sin embargo, queda la duda sobre la capacidad real de esta alianza para trascender el papel y convertirse en una herramienta efectiva frente a estructuras criminales que han demostrado ser resistentes, flexibles y violentas. La colaboración entre países latinoamericanos es una demanda vieja y constante, pero las experiencias previas suelen evidenciar fallas en la coordinación, diferencias políticas y limitaciones legales que erosionan el impacto.

Mientras la respuesta oficial mexicana parece apuntar a fortalecer la investigación y procurar justicia en un caso emblemático, el anuncio de Petro abre una reflexión mayor sobre qué significa para la región enfrentar un fenómeno que atraviesa fronteras y autoridades fragmentadas. ¿Podrá un observatorio binacional ser suficiente para iluminar las sombras crecientes del crimen organizado? La ciudadanía espera que esta iniciativa no se queda en buenas intenciones ni en declaraciones públicas, sino que se traduzca en acciones concretas y sostenibles a largo plazo.

Porque detrás de cada dato, hay un pueblo que sufre; detrás de cada propuesta, una esperanza que aún se resiste a apagarse.

Comparte en tus redes sociales

Facebook
X
WhatsApp