📸 Imagen cortesía: Cuenta de X Juan Carlos Pinzón
¿Un llamado desde el poder?
Este 26 de septiembre de 2025, en medio de la compleja coyuntura colombiana, más de cien empresarios del país enviaron una carta colectiva al exministro de Defensa y exembajador Juan Carlos Pinzón, instándolo a dar un paso decisivo: formalizar su candidatura a la Presidencia en las elecciones de 2026.
Los firmantes, entre ellos reconocidos líderes del sector privado como Manuel Santiago Mejía, Carlos Raúl Yepes, Jorge Mario Ángel, Darío Montoya y Juan David Pérez, no se limitaron a un gesto simbólico. El documento, titulado “El deber lo llama”, expone la urgencia de instaurar un “liderazgo sereno, firme y competente” para hacer frente a la profunda crisis política, de seguridad y económica que atraviesa Colombia. Desde Bogotá hasta Medellín y Cali, la carta y su mensaje habían generado un eco palpable, con vallas públicas que reforzaban la petición de este grupo empresarial comprometido con un cambio real.
Pero, ¿qué motiva esta iniciativa? No es un acto partidista ni un llamamiento desde las trincheras políticas tradicionales, sino la voz de un sector empresarial alarmado por el deterioro institucional y la inseguridad creciente. En sus palabras, Pinzón “representa una opción real y necesaria para conducir el país por un nuevo rumbo”, destacando su amplia trayectoria tanto en el Estado como en el ámbito privado. “Colombia necesita un timón firme. Necesita recuperar la confianza en sus instituciones, reconstruir el orden democrático y garantizar oportunidades reales para millones de familias”, señalan con énfasis.
Mientras tanto, Pinzón, aún sin confirmar oficialmente su candidatura, ha intensificado reuniones clave con líderes políticos y sectores ciudadanos. Su agenda reciente incluye encuentros con figuras relevantes, como la precandidata Vicky Dávila, buscando consolidar apoyos partidistas para lo que podría ser una campaña presidencial impuesta desde una visión pragmática y experta. La expectativa crece, pero también lo hace la incertidumbre sobre cómo esa esperanza empresarial se traducirá en un proyecto político contundente y capaz de resonar en una ciudadanía afectada por la inestabilidad.
Así queda planteada la interrogante: ¿Será este llamado un genuino motor para transformar las crisis actuales en oportunidades o acaso otro intento más en un escenario político saturado de desencantos? Mientras Juan Carlos Pinzón pondera el peso de su decisión, Colombia observa, con la mirada entre la esperanza y la desconfianza, la respuesta que dará este “deber” convocado desde el poder.
