📸 Cortesía: AP
¿Libertad médica bajo presión?
Este 2025, Texas fue el escenario de una decisión que sacude el delicado terreno de la atención médica para adolescentes transgénero.
La pediatra May C. Lau, que atendía en Texas, perdió su licencia médica luego de ser acusada de recetar tratamientos hormonales afirmativos a menores de 18 años, en clara contravención de la ley SB 14 vigente desde 2023. Según la demanda encabezada por el fiscal general Ken Paxton, Lau habría suministrado testosterona y otros medicamentos a al menos 21 adolescentes, utilizando diagnósticos y códigos de facturación que las autoridades califican de falsos o inadecuados.
La ley SB 14 prohíbe expresamente el uso de bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas y cirugías de afirmación de género en menores, apoyándose en argumentos que enfatizan riesgos para la salud de los jóvenes. Frente a la presión legal y para evitar un litigio prolongado, Lau optó por renunciar voluntariamente a su licencia y se comprometió a no ejercer en el estado. El fiscal Paxton advirtió que en Texas se aplicará la ley con rigor para impedir que médicos «suministren estos peligrosos medicamentos a los niños».
Este caso no es un hecho aislado, sino parte de una campaña estatal contra especialistas, sobre todo endocrinólogos pediátricos, vistos como agentes que desafían las restricciones. Para los defensores de los derechos trans, esta situación representa el endurecimiento de políticas que, bajo el manto de la protección, limitan la autonomía médica y afectan a una comunidad vulnerable.
Así, mientras Texas fortalece barreras legales que condicionan el acceso a tratamientos, la pregunta sigue abierta: ¿Cómo conciliar la protección legislativa con el respeto a las decisiones y salud de los jóvenes trans? El debate no parece tener una respuesta clara, y en medio de la incertidumbre, las voces de quienes viven esta realidad reclaman un espacio indispensable para la escucha y la reflexión.


