📸 Cortesía: Migración Colombia
¡Qué frontera tan vigilada!
Este martes 7 de octubre de 2025, en la fría madrugada colombiana, un ciudadano estadounidense con antecedentes por presuntos abusos sexuales contra menores vio frustrado su ingreso al país. Fue precisamente a las 6 de la mañana, en el aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro, Antioquia, cuando las autoridades migratorias actuaron para impedir que su sombra cruzara la frontera.
Lo que parecía un trámite rutinario de control migratorio se tornó urgente y decisivo al validar el nombre del viajero en el sistema internacional Angel Watch. Esta red, nacida de la cooperación entre agencias de seguridad de varios países, vigila a quienes representan un riesgo para la infancia, especialmente en delitos sexuales. Así, gracias a esta alerta temprana, Colombia cerró sus puertas a un posible peligro para sus niños y niñas.
La medida respondió al decreto 1727 de 2020, que habilita a Migración Colombia a negar el ingreso a extranjeros con antecedentes que erosionan la convivencia y la seguridad ciudadana. Gloria Esperanza Arriero, directora general de la entidad, subrayó la relevancia de esta colaboración global para blindar la niñez colombiana: “La seguridad de nuestro país comienza en los puntos de control fronterizo, y cada alerta verificada es un escudo vital para proteger a la infancia”.
Tras ser notificado de inmediato, el hombre fue inadmitido y retornado a Miami en el primer vuelo disponible. Mientras tanto, esta acción abre interrogantes: ¿Podrá la cooperación internacional seguir ganando terreno para frenarlos? ¿O persistirá este riesgo latente tras las fronteras? La niñez colombiana, al menos por ahora, respiró algo más tranquila aquella mañana. Pero el desafío permanece, esperando ser enfrentado sin titubeos.
