
En los últimos años, ha surgido una preocupación creciente por la disminución dramática en la población de abejas en todo el mundo. Según informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la población mundial de abejas melíferas ha disminuido en un 40% en la última década. Esta tendencia, de continuar, podría tener graves consecuencias para la seguridad alimentaria global.
Las abejas, como polinizadores clave, desempeñan un papel vital en la preservación de la biodiversidad y en la producción de alimentos. Sin embargo, diversos factores, como el cambio climático, el uso excesivo de pesticidas y la pérdida de hábitats naturales, han contribuido a esta preocupante situación.

Más del 75% de los cultivos para el consumo humano dependen de la polinización animal, principalmente de las abejas. Sin ellas, la producción de frutas, verduras y frutos secos se vería severamente afectada, lo que podría conducir a una escasez de alimentos y a un aumento de los precios.
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Diversas organizaciones y gobiernos han comenzado a tomar medidas para proteger a las abejas y promover su conservación. Se han implementado restricciones al empleo de pesticidas dañinos para estos polinizadores y se han impulsado programas para crear hábitats adecuados que favorezcan su supervivencia.
Expertos enfatizan que se necesita una acción más amplia y coordinada a nivel mundial para abordar eficazmente este problema y garantizar la preservación de las abejas y la sostenibilidad del ecosistema en el futuro.