¿ADOLESCENTES EN JAQUE?
Un espejo roto
Este jueves 20 de junio de 2025, Colombia y el mundo enfrentan una realidad inquietante: la salud mental de los jóvenes se desploma, atrapada entre el brillo incesante de las redes sociales y la falta de un diálogo sincero con los adultos que los rodean.
Los datos oficiales no dejan lugar a dudas. El Ministerio de Salud y organismos internacionales coinciden en que cerca del 45% de niños, niñas y adolescentes colombianos exhiben señales claras de desgaste emocional, una cifra cercana a cinco millones de menores afectados. En el plano global la sombra es aún más amplia: uno de cada siete adolescentes, entre 10 y 19 años, enfrenta trastornos mentales; para 2030, la cifra podría rozar los 464 millones, un alud de padecimientos y riesgos psicosociales que asfixian a toda una generación.
¿Qué tiene que ver el universo digital en este drama? Mucho. Lo que parecía un puente de conexión terminó siendo un laberinto sin salida. Estudios liderados por KidsRights y la Universidad Erasmus de Rotterdam muestran que el uso excesivo de internet —sobre tres horas diarias en redes— amplifica en forma directa el riesgo de tentativas de suicidio. Vivek Murthy, cirujano general de Estados Unidos, no duda en señalar que “las redes sociales están causando daño”, agregando presión a un sistema de salud mental que ya no da abasto.
Pero, ¿por qué se profundiza esta crisis? Detrás de los números está la ausencia de espacios de escucha y comprensión entre adultos y jóvenes, la saturación de estímulos negativos y la incapacidad institucional para diseñar y ejecutar políticas públicas integrales y efectivas. Mientras tanto, el cuerpo adolescente paga el precio con ansiedad, depresión y el silencio profundo de la desesperanza.
Las preguntas quedan en el aire: ¿qué futuro le espera a esta generación atrapada en una tela de araña digital? ¿Podrán las autoridades y la sociedad ofrecer respuestas urgentes antes de que el vacío se vuelva irreparable? Lo que sí es cierto es que la urgencia de un cambio no es negociable.
