¿TEMOR GLOBAL EN ALZA?
Martes 17 de junio de 2025, Colombia. Un sacudón recorre los mercados financieros internacionales mientras el conflicto entre Israel e Irán escala con fuerza imprevista.
En las últimas horas, intensos intercambios militares y discursos cargados de hostilidad entre dos de los protagonistas más ardientes del Oriente Medio han provocado un desplome en los principales índices bursátiles a nivel mundial. La tensió nse traduce también en un aumento del precio del petróleo en un 2 por ciento y en una reafirmación del dólar como refugio seguro para inversionistas inquietos.
Este nuevo capítulo en el conflicto no es un asunto menor para la economía global. El foco de preocupación se posa sobre el Estrecho de Ormuz, un corredor estratégico por donde fluye cerca del 20 por ciento del petróleo mundial. La amenaza de interrupciones allí ha llevado al crudo Brent a superar los 84 dólares el barril, mientras el oro recupera su brillo como baluarte contra la incertidumbre.
En América Latina, la sombra de esta crisis llegó con fuerza al reflejarse en el debilitamiento del peso mexicano frente al dólar, cerrando en 18.99 unidades. La conmoción política regional se profundizó por la salida inesperada del presidente Donald Trump de la cumbre del G7, una decisión directamente vinculada a la creciente tensión en Oriente Medio. Para los expertos consultados por medios financieros, esta reacción refleja más que nervios: un temor legítimo a una escalada mayor y la consiguiente búsqueda de activos menos riesgosos. La cancelación de encuentros bilaterales, incluyendo la esperada reunión entre Trump y la presidenta de México Claudia Sheinbaum, añadió un nuevo ingrediente de incertidumbre para los mercados de la región.
Mientras tanto, en Estados Unidos, las bolsas trataron de recomponerse después de la fuerte caída sufrida el viernes anterior. Sin embargo, el ambiente sigue cargado de incertidumbre, especialmente ante la inminencia de anuncios clave por parte de la Reserva Federal sobre la política de tasas de interés, que podría reconfigurar el panorama económico.
La geopolítica y la economía, entrelazadas de manera indisoluble, dejan al descubierto las múltiples vulnerabilidades de un sistema globalizado. ¿Logrará la diplomacia enfriar un conflicto que amenaza no solo la estabilidad regional, sino también la del planeta? La pregunta queda flotando, mientras los mercados buscan refugio y las personas enfrentan el delicado equilibrio entre temor y esperanza.