Foto: Ministerio de Defensa de Reino Unido
En medio de las hostilidades navales en el mar Rojo contra los hutíes de Yemen, las autoridades de Reino Unido anunciaron la primera prueba exitosa de uno de sus nuevos equipos armamentísticos más revolucionarios: un arma láser. Esta noticia trajo consigo críticas por parte de los ciudadanos, alegando exceso de gasto en la guerra y no en la primera infancia británica.
El Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa y el Ministerio de Defensa de Reino Unido, a través del secretario de Estado de Defensa, Grant Shapps, indicaron que la creación de ‘DragonFire’, su nueva arma láser, no solo es un hito para la seguridad del país por su avanzada tecnología, sino por la reducción de costos que esta significa.
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Durante este fin de semana, el Ministerio de Defensa probó este sistema de energía dirigida por láser, logrando el primer disparo de alta potencia de este tipo contra objetivos aéreos. Su alcance, si bien se ha indicado que es de alta relevancia, se mantiene clasificado, aunque se asegura que tiene línea de visión, es de alta potencia y puede atacar a cualquier objeto visible.
El objetivo principal del desarrollo de este equipo armamentístico, según indicó Shapps, sería el de combatir drones armados, una de las figuras en mayor crecimiento durante los periodos de guerra contemporáneos que generan grandes amenazas en el continente. Además, el funcionario aseguró que esta arma es apenas “una de las capacidades potencialmente revolucionarias en las que estamos invirtiendo para obtener una ventaja contra nuestros enemigos”.
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El funcionamiento de este nuevo artefacto permite que pueda atacar objetivos a la velocidad de la luz, atravesando los objetos mediante un potente haz de luz. Además, según el Gobierno del Reino Unido, su uso por cada disparo tendría un coste de funcionamiento inferior a las 10 libras esterlinas, asegurando ser una “alternativa de bajo costo a largo plazo para ciertas tareas que realizan actualmente los misiles”.
Por otro lado, la inversión de su desarrollo consistió en unos 100 millones de libras esterlinas conjuntamente entre el Ministerio de Defensa y la industria privada. Asimismo, el Gobierno indicó que seguirá invirtiendo altos montos en nuevos desarrollos militares para la defensa de la nación.
