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¿El abrazo que salva?
Del 1 al 7 de agosto de 2025, Colombia y el mundo se unen en una llamada urgente: la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una conmemoración respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y la Alianza Mundial para la Acción en Lactancia Materna (WABA). Bajo el lema “Priorizar la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles”, el llamado es claro: reforzar las redes sociales e institucionales que permitan a las madres ofrecer el alimento que no solo nutre el cuerpo, sino también el alma del recién nacido.
La leche materna no es solo un acto biológico; es el primer lenguaje de amor y salud. Según el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, amamantar desde la primera hora de vida es la forma natural y óptima de cuidar a un bebé. Más allá del valor nutricional, fortalece el vínculo emocional y siembra salud de por vida en madre e hijo. Pero el espejo refleja una cifra preocupante: apenas 56 de cada 100 niños colombianos comienzan a lactar en esa primera hora crucial. La realidad muestra la grieta entre lo deseado y lo real, evidenciando fallas en la atención que requieren reparación inmediata.
En Bogotá, esta brecha se traduce en retroceso. La tasa de lactancia materna exclusiva cayó de un alentador 82,6% en 2023 a un preocupante 60,4% en 2024. Frente a este retroceso, autoridades distritales y la Fundación Éxito no han bajado la guardia. Lina María Sánchez Romero, secretaria de Integración Social, insiste en que esta realidad solo cambiará mediante la articulación intersectorial y un compromiso firme: «La lactancia materna exclusiva es el punto de partida para el desarrollo pleno de cada niño y niña». Este compromiso busca convertir hospitales, comunidades y hogares en refugios de apoyo sostenido para las madres.
El reto resulta ineludible: ¿cómo garantizar que todas las madres cuenten con sistemas de apoyo robustos, desde políticas públicas hasta la comprensión social? Las respuestas no son simples, pero la movilización de actores, recursos y confianza puede empezar a trazar caminos. Mientras tanto, la Semana Mundial de la Lactancia Materna abre la posibilidad de reconstruir ese abrazo vital que a veces, en el trajín cotidiano, se diluye.
La pregunta queda flotando en el aire: ¿será posible, en este nuevo capítulo, priorizar efectivamente la lactancia materna en Colombia y el mundo? La esperanza reside en que esta vez, los sistemas y las instituciones no solo convoquen, sino que sostengan con firmeza ese gesto de vida que abre la puerta a un futuro saludable y humano.