📸 Imagen cortesía @ConcejoMedellin
¡Bate en mano, entre la marcha y la polémica!
El 7 de octubre de 2025, en la noche vibrante del barrio El Poblado en Medellín, una marcha pro Palestina que había empezado con voces de esperanza terminó manchada por una imagen que no pasó desapercibida: el concejal Andrés ‘Gury’ Rodríguez, del Centro Democrático, empuñando un bate de béisbol entre la muchedumbre. La escena desató una denuncia inmediata por presuntas amenazas contra los manifestantes y llevó a la Procuraduría General de la Nación a abrir una investigación disciplinaria en su contra.
¿Defensa o provocación? Rodríguez sostiene que su intervención fue un acto de protección, una línea de defensa para resguardar niños y un comercio amenazados por actos vandálicos en medio de la manifestación. Sin embargo, para muchos, ese gesto con el bate resultó más una incitación a la tensión que un escudo ciudadano. ¿Cómo debe comportarse un líder público cuando la protesta se torna violenta? Aquí la responsabilidad pasa del plano personal al ético y disciplinario.
Mientras la Procuraduría avanza, recogiendo voces y evidencias, la ciudad no deja de discutir sobre el límite difuso que separa la legítima protesta de la violencia desbordada. La alcaldía reportó daños a bienes públicos y privados, y lesiones a varios funcionarios, escenas que estremecieron la noche y sembraron preguntas inquietantes sobre el papel de la autoridad en plena movilización social.
¿Puede el gesto de un concejal convertirse en símbolo de protección o de descontrol? La respuesta está ahora en manos de las instituciones que deberán esclarecer, sin prisas y con rigor, si se cruzó el umbral del deber público o se desvió hacia la amenaza. En Medellín, la indignación y la reflexión caminan juntas, enfrentando las complejidades de tiempos convulsos donde la democracia se pone a prueba, bate en mano y corazón abierto. ¿Dónde termina la protección y comienza la provocación? El debate, inevitable, apenas comienza.
