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¿Protesta con heridas abiertas?
En la noche del jueves 2 de octubre de 2025, la intersección de la calle 73 con carrera Novena, en el norte de Bogotá, se convirtió en escenario de una protesta que terminó con un herido y un silencio incómodo de las autoridades.
Un centenar de jóvenes convocados para pedir la liberación de activistas detenidos durante la Flotilla Global Sumud se movilizaron pacíficamente en apoyo a la causa palestina y en rechazo a la ofensiva israelí en Gaza. Sin embargo, lo que empezó con consignas y banderas terminó en un altercado. Según vecinos, la chispa fue la reacción de un residente local, quien, al ver pasar la marcha, tomó una bandera palestina para expresar su desacuerdo y aludir a otras problemáticas nacionales. La tensión escaló rápidamente: “Un ciudadano que venía bajando les dice a los señores de la marcha que no está de acuerdo, les toma la bandera de Palestina… Ahí se provoca el altercado y una persona saca una cadena y lo hiere de manera brutal en la cabeza”, contó Pedro, testigo y habitante del sector.
El hombre quedó con una profunda herida que provocó una hemorragia visible. Vecinos y gestores de convivencia de la Alcaldía fueron los primeros en auxiliarlo, evitando que la violencia creciera, pues, según varios testigos, la reacción oficial fue tardía e insuficiente: “Llamamos al 123, pero la Policía nunca llegó al lugar. No llegó ambulancia en el momento del ataque. El señor fue trasladado por vecinos y gestores de convivencia”, denunciaron vecinos preocupados por la omisión.
Tras el traslado en un vehículo particular, el herido ingresó consciente a la clínica San Ignacio, donde fue atendido en urgencias. Este episodio abre un debate no solo sobre la polarización y la fragilidad de los espacios públicos en tiempos de protestas internacionales, sino también sobre la capacidad y la voluntad institucional para proteger a los ciudadanos en situaciones de tensión social.
Mientras tanto, la indignación persiste entre los habitantes y movimientos sociales. ¿Qué falló en la respuesta inmediata de las autoridades? ¿Podrá la ciudad aprender de este episodio para evitar que la protesta se convierta en un escenario de violencia y abandono? La incertidumbre permanece, junto al eco de una herida que, más allá del cuerpo, hiere la confianza colectiva.


