La séptima etapa del Giro de Italia, un recorrido de 218 kilómetros desde Capua hasta Gran Sasso, y la primera etapa de alta montaña en esta edición de la vuelta ciclística más importante de Italia, pudo representar una oportunidad para que los equipos se arriesgaran y movieran las posiciones en la clasificación general, pero pasó lo contrario: un grupo se fugó desde el inicio y el lote de los favoritos dejó que se fueran sin mostrar resistencia. El ganador fue el italiano Davide Bais.
La etapa comenzó con el lote de ciclistas preparándose para el ascenso, pero un grupo de corredores armó la fuga para protagonizar la etapa de inicio a fin: Simone Petilli, del equipo Intermarché-Circus-Wanty, Davide Bais, del Eolo-Kometa y Karel Vacek, del Team Corratec-Selle Italia. Estos tres ciclistas apuraron el paso para desprenderse del lote principal, que dejó claro que no tenía intenciones de ir tras ellos: los fugados llegaron a sacarles 12 minutos a los corredores que formaban el grupo de “perseguidores”.
Los favoritos, como Primoz Roglic y Remco Evenepoel, y el líder del Giro, Andreas Leknessund, se quedaron con el paso de sus gregarios y le cedieron el protagonismo a los ciclistas fugados, que llegaron al ascenso final de 45 kilómetros completamente solos, a la espera de estar a una distancia prudente de la meta para comenzar el sprint. Petilli, Vacek y Bais llegaron juntos a disputar los últimos 100 metros y se lanzaron al sprint, en el que Bais superó a sus rivales y pudo cruzar la meta con los brazos abiertos para celebrar su primera victoria en una etapa del Giro.
Hubo una buena noticia para los ciclistas colombianos: el bogotano Santiago Buitrago se metió en el top 20 -ocupa la posición 19- y es el colombiano mejor ubicado en esta edición del Giro. En el podio de la general no hubo cambios: Leknessund, Evenepoel y Paret-Peintre siguen como los primeros tres.
