📸 Imagen cortesía: Cuenta de Facebook María Angélica Guerra López
¿Un legado interrumpido, un reemplazo esperado?
La madrugada del 11 de agosto de 2025 en Bogotá no solo trajo consigo el adiós del senador Miguel Uribe Turbay, sino también el inicio de una nueva etapa para la curul que él ocupaba en el Senado de la República. La Fundación Santa Fe de Bogotá confirmó aquella mañana la muerte de Uribe Turbay, luego de permanecer más de dos meses en cuidados intensivos tras un atentado sufrido el 7 de junio. Tenía apenas 39 años y era una pieza clave del Centro Democrático y aspirante a la presidencia.
La regla es clara, aunque el vacío sea profundo: conforme al Reglamento del Congreso (Ley 5 de 1992), ante una vacancia por muerte, la curul debe ser ocupada por el siguiente nombre en la lista del partido elegida en las legislativas de 2022. En este caso, la responsabilidad recae en María Angélica Guerra López, arquitecta cordobesa y apenas debutante en la arena pública, pero con un legado político que resuena en su apellido: sobrina de la exsenadora y exministra María del Rosario Guerra e hija del político sucreño Joselito Guerra de la Espriella.
Guerra López, informaron voceros del Centro Democrático, asumiría el puesto para completar el periodo legislativo. Sin embargo, la ceremonia formal de esta sucesión está sujeta a la certificación del Consejo Nacional Electoral (CNE), institución encargada de notificar la vacancia y validar la designación definitiva. Gabriel Vallejo, director del Centro Democrático, recordó que el proceso está “a la espera de la certificación” oficial.
Esta transición no solo es la continuación de un mandato político interrumpido por la violencia, sino también la apertura de una nueva historia para María Angélica Guerra, cuyo nombre apenas resonaba más allá de círculos familiares y políticos. La ciudadanía observa con atención cómo se desencadenará este reemplazo, en un momento donde las sombras de la tragedia revelan las fragilidades del sistema y la manera en que el poder se perpetúa.
¿Logrará la nueva voz llenar el vacío dejado? ¿O será solo un susurro en medio de la tormenta que marcó el final de Uribe Turbay? Mientras tanto, el Senado espera la formalización que dé paso a esta nueva protagonista en la política colombiana, en un escenario donde el legado, la oportunidad y la tragedia se entrelazan sin margen de error.