
La nueva ministra de Agricultura, Cecilia López, afirma que: “la reforma agraria es que esta no persigue la idea de expropiar tierras improductivas, sino de instar a sus propietarios a ponerlas a producir porque, de lo contrario, podrían tener más impuestos”.
Además, López reconoce que algunos elementos, como el trigo, seguirán siendo comprados en mercados internacionales, y otros como el maíz y el arroz se podrían producir localmente.
Los dueños de las tierras podrían decidir si: pagan más gravámenes por su propiedad privada con la aplicación del catastro multipropósito, producen alimentos en estos a cambio de no desembolsar más tributos, o venden sus propiedades al Estado.