«`html¿UN NUEVO AMANECER LABORAL EN COLOMBIA?
Este martes 17 de junio de 2025, el Senado de la República de Colombia dio un paso decisivo con la aprobación de la esperada Reforma laboral. Una jornada marcada por el debate acalorado y quebrantos políticos que reflejan las tensiones en torno a los derechos de los trabajadores.
En la plenaria, 57 senadores respaldaron la iniciativa frente a 31 detractores. Tras deliberar los 77 artículos que integran la reforma, fueron eliminados siete, entre ellos puntos sensibles como el artículo 9, que proponía una estabilidad laboral reforzada, y el artículo 76 enfocado en la formalización de transportadores de carga y pasajeros. Estas ausencias evidencian la dificultad para encontrar consensos en temas estratégicos y la fractura entre las fuerzas políticas.
La reforma, impulsada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro, aspira a modernizar un marco normativo que muchos consideran obsoleto y a expandir los derechos laborales para mejorar la calidad de vida de millones de ciudadanos. Según el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, y el ministro del Interior, Armando Benedetti, la aprobación representa un hito para la justicia social en Colombia, una reivindicación largamente esperada.
Entre sus puntos más destacados se cuenta la reducción de la jornada semanal a 42 horas, con la novedosa posibilidad de adoptar semanas laborales comprimidas, una medida que puede cambiar la rutina y la vida familiar de los trabajadores. También, se redefinieron los horarios de trabajo, estableciendo que el período nocturno comenzará a las 7 de la noche, aumentando el valor de las horas extras en ese periodo, un avance para quienes laboran en turnos menos favorables.
Otro cambio fundamental fue el impuesto a los recargos por trabajo dominical y festivo, fijados en un 100 % según el artículo 15, aprobado con 69 votos a favor. Además, la reforma elimina la modalidad de contratación por horas, una práctica que, según críticos, erosionaba la estabilidad laboral y promovía la precariedad.
Este paquete legislativo también incluye un impulso decidido a la formalización de sectores históricamente vulnerables y precarizados, buscando darles acceso pleno a la protección social y laboral. Sin embargo, las controversias que han rodeado el proceso no desaparecen con la aprobación; preguntas sobre la implementación, la vigilancia estatal y el impacto real en las vidas de los trabajadores siguen abiertas.
¿Será esta reforma el comienzo de una transformación profunda o solo un cambio cosmético en la ley? El país observa mientras las condiciones laborales avanzan entre esperanza e incertidumbre.
«`