📸 Cortesía: Presidencia
«`html¿NUEVO AMANECER LABORAL EN COLOMBIA?
Este miércoles 25 de junio de 2025, en la histórica plaza de armas de la Casa de Nariño en Bogotá, el presidente Gustavo Petro sancionará oficialmente una reforma laboral que promete cambiar las reglas del juego para los trabajadores colombianos.
La confirmación llegó de boca del ministro del Interior, Armando Benedetti, quien describió esta iniciativa como “una reforma para los trabajadores de Colombia”, reflejando la culminación de uno de los proyectos más emblemáticos —y controvertidos— de la actual administración.
Después de un debate legislativo tenso y prolongado, que incluyó la aprobación en la plenaria del Senado el pasado 17 de junio y una conciliación crucial con la Cámara de Representantes, la ley llega para modificar aspectos centrales del mundo laboral. La ceremonia reunirá a altos funcionarios del gobierno, representantes sindicales y líderes sociales, quienes serán testigos de un acto que, según sus promotores, inaugura un nuevo contrato social laboral.
Entre los cambios más significativos, destaca la prioridad otorgada al contrato a término indefinido, destinado a convertirse en la norma predominante para las nuevas contrataciones. Esta medida busca atajar la temporalidad crónica que afecta a gran parte de la fuerza laboral, otorgando estabilidad y certezas jurídicas esenciales.
La reforma también incorpora figuras innovadoras como el contrato laboral para estudiantes del SENA, facilitando su inserción formal en el mercado laboral durante su formación técnica. Paralelamente, establece la vinculación plena de las madres comunitarias al ICBF, otorgándoles derechos laborales plenos, reconocimiento largamente esperado y demandado por estos trabajadores esenciales en la protección infantil.
El horario de la jornada nocturna se modifica para comenzar a las 7:00 p. m., extendiendo así el periodo en el que se aplican recargos salariales mayores, mientras que el recargo dominical experimentará un incremento paulatino hasta alcanzar el 100 % en 2027. Por último, la duración de los contratos a término fijo queda limitada a un máximo de cinco años sin posibilidad de renovaciones indefinidas, una medida diseñada para evitar la precariedad disfrazada.
Este conjunto de reformas, mientras busca dar respuesta a problemas históricos del mundo laboral colombiano, también genera incertidumbre sobre su real impacto en la formalización, el empleo y la dinámica empresarial. ¿Podrá esta ley ser el cimiento para una justicia laboral duradera o abrirá nuevas grietas en un sistema ya desgastado?
La sanción presidencial en la Casa de Nariño abrirá un nuevo capítulo que será seguido de cerca por trabajadores, empleadores y la opinión pública.
«`
